La princesa perdida en el bosque
En un castillo majestuoso, situado en lo alto de una montaña, vivía el rey junto a su hermosa hija, la princesa Ana. Un día, mientras paseaba por el bosque que rodeaba el castillo, la princesa Ana desapareció misteriosamente.
El rey, preocupado y angustiado, convocó a todo el personal del castillo y al pueblo para buscar a su amada hija. Todos se organizaron y se adentraron en el frondoso bosque en busca de la princesa perdida.
Durante la búsqueda, se encontraron con diferentes desafíos y obstáculos, pero el espíritu valiente y determinado del rey, los sirvientes y el pueblo los ayudó a seguir adelante.
Recorrieron cada rincón del bosque, preguntaron a los animales y exploraron las cuevas más recónditas, pero no lograban encontrar rastro alguno de la princesa. Cansados y desanimados, el rey y su grupo de búsqueda estaban a punto de darse por vencidos cuando escucharon una dulce voz cantando en la distancia.
Siguiendo el sonido, descubrieron a la princesa Ana, quien se encontraba a salvo en un claro del bosque, rodeada de animales amigables que la habían protegido.
La princesa les contó que se había perdido, pero que los animales del bosque la habían cuidado y guiado hasta ese lugar. Todos regresaron al castillo entre abrazos, alegría y alivio. El rey agradeció a cada persona por su valiosa ayuda y les enseñó que la unión y el trabajo en equipo son fundamentales para superar los desafíos.
A partir de ese día, la princesa Ana aprendió a no alejarse sin compañía, y el bosque se convirtió en un lugar aún más mágico y especial para todos.
FIN.