La Princesa que Salió Volando
Érase una vez en un reino lejano, donde los árboles eran altos como torres y las flores brillaban como estrellas. En este encantador lugar vivía la Princesa Luna. Ella no era una princesa común, pues su mayor sueño era explorar el mundo más allá de los muros del palacio. Todos los días, se sentaba en el balcón de su habitación, mirando al horizonte y soñando con aventuras.
Un día, mientras paseaba por los jardines reales, Luna encontró una extraña caja. La tomó con curiosidad y, al abrirla, un montón de mariposas de colores salió volando en un torbellino de belleza.
"¡Qué hermosas!" - exclamó, llena de asombro.
Una mariposa, que parecía más grande y brillante que las demás, se posó en su mano.
"Soy Mariposa Luz, y puedo llevarte a volar por el mundo" - dijo la mariposa con voz suave.
"¿De verdad?" - preguntó Luna, emocionada.
"Sí, pero debes prometer que siempre serás amable y respetuosa con lo que encuentres en el camino" - respondió Mariposa Luz.
Luna asintió con entusiasmo y, en un instante, se sintió ligera como una pluma. Con un suave movimiento, la mariposa la llevó al cielo, donde el viento jugaba con su cabello. De repente, mientras volaban, un fuerte viento sopló y Luna se encontró ante un enorme castillo de cristal.
"¡Mirá! No sabía que había otro castillo aquí arriba" - dijo Luna.
"Es el Castillo del Viento, y su rey es muy sabio. Debes pedirle consejo sobre tu viaje" - aconsejó Mariposa Luz.
Luna se dirigió al castillo y, al entrar, se encontró con el Rey Viento, un anciano con una larga barba que parecían hojas de otoño.
"¿Quién eres, niña?" - preguntó el Rey Viento.
"Soy la Princesa Luna, y quiero explorar el mundo" - respondió decidida.
"Explorar es hermoso, pero debes aprender a escuchar los vientos y cuidar la naturaleza.¿Lo entenderás?" - le dijo mientras observaba su rostro lleno de emoción.
Luna, reflexionando sobre las palabras del rey, asintió.
"Lo prometo, cuidaré el mundo por donde pase" - respondió enérgicamente.
Luego del encuentro, Mariposa Luz la llevó a un hermoso bosque lleno de árboles con hojas brillantes y animales jugados. Allí, se dio cuenta de lo importante que era cuidar el hogar de todos los seres vivientes. Estaba tan entusiasmada que decidió organizar un picnic para compartir con todos los animales.
"¡Vamos, amigos!" - gritó Luna desde un claro abierto. - “Hoy es un día para celebrar juntos!".
Los animales, desde ardillas hasta ciervos, se reunieron rápidamente. Luna se dedicó a recoger frutas y preparar un festín delicioso, y todos disfrutaron de la comida, pero también aprendieron sobre cuidar del bosque que compartían.
Después de un rato, se dio cuenta de que el cielo comenzaba a oscurecer.
"Es hora de que regrese al castillo" - dijo la Princesa con nostalgia. "Hoy ha sido un día increíble, pero aún tengo mucho por aprender y explorar".
Mariposa Luz la llevó de vuelta al palacio, donde la noche brillaba con estrellas. Luna se despidió de su amiga.
"Gracias por ayudarme a descubrir el mundo. Prometo cuidarlo siempre" - dijo, emocionada.
A partir de ese día, la Princesa Luna se volvió la guardiana de la naturaleza en su reino. Se dedicó a enseñar a los aldeanos sobre el cuidado del medio ambiente y la importancia de ser amables con todas las criaturas. Y así, cada vez que había una brisa fresca, los habitantes del reino sabían que era la Princesa Luna volando alto, recordando las hermosas lecciones que había aprendido.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, pero la historia de la Princesa Luna sigue volando por ahí, recordándonos que todos podemos ser sus cuidadores del mundo.
FIN.