La Princesa que Soñaba con Serlo



Había una vez en un reino lejano, una pequeña aldea donde vivía una niña llamada Sofía.

Ella siempre soñaba con ser princesa y tener su propio castillo, pero sabía que eso era imposible ya que no venía de una familia noble. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, encontró una vieja lámpara mágica. Al frotarla apareció un genio que le concedió tres deseos.

Sofía estaba emocionada y decidió pedir su primer deseo: "Quiero ser princesa", dijo sin vacilar. De repente, la ropa de Sofía cambió y se convirtió en un hermoso vestido de seda rosa con diamantes incrustados. También llevaba una corona dorada en la cabeza.

Pero para sorpresa de Sofía, no había ningún castillo a su alrededor. "¿Dónde está mi castillo?" preguntó confundida. "Tu segundo deseo es encontrarlo", respondió el genio antes de desaparecer. Sofía comenzó a caminar por el bosque sin saber hacia dónde ir.

De repente escuchó unos ruidos extraños detrás de ella. Se dio vuelta y vio a un grupo de lobos acercándose peligrosamente hacia ella. -¡Oh no! ¡Qué voy a hacer! -gritó asustada.

Justo cuando los lobos estaban a punto de atacarla, apareció un caballero montado en un caballo blanco y espantó a los animales salvajes con su espada. -¿Estás bien? -preguntó preocupado el caballero. -Sí, gracias a ti -respondió Sofía aliviada. -¿Por qué estás sola en el bosque? -preguntó el caballero curioso.

-Busco mi castillo. Soy una princesa y quiero encontrarlo -dijo Sofía con orgullo. El caballero sonrió y le ofreció su ayuda para encontrar el castillo.

Juntos recorrieron caminos y senderos hasta que llegaron a un hermoso castillo rodeado de jardines llenos de flores multicolores. Sofía estaba emocionada y agradecida por la ayuda del caballero. Pero cuando entraron al castillo, encontraron todo en ruinas y abandonado.

-¡Qué desastre! ¿Cómo puedo ser princesa en un lugar así? -se lamentó Sofía. "Tu tercer deseo es restaurar este castillo", dijo una voz detrás de ellos. Era el genio que había vuelto para concederle su último deseo.

Sofía cerró los ojos fuertemente y pidió con todas sus fuerzas: "Quiero restaurar este castillo". Cuando abrió los ojos, vio que todo había cambiado. El castillo estaba completamente restaurado, más hermoso que nunca antes visto. Los jardines eran aún más coloridos con fuentes y estatuas nuevas.

Y lo mejor de todo era la gente feliz que trabajaba allí como si hubieran esperado toda su vida para ver ese momento especial llegar a su fin.

Sofía se dio cuenta de algo importante: no necesitaba ser noble ni tener un linaje real para convertirse en princesa; solo tenía que creer en sí misma y luchar por sus sueños sin rendirse jamás. Desde ese día, Sofía se convirtió en la princesa más querida y respetada del reino.

Y siempre recordaba que no importa lo difícil que parezca algo, con esfuerzo y perseverancia todo es posible.

FIN.

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