La Princesa Rosa y el Jardín de los Sueños
Érase una vez en un reino lejano, una princesa llamada Rosa. Era conocida como la Princesa Rosa Feliz, porque siempre tenía una sonrisa en su rostro y era amable con todos en el reino. Sin embargo, había algo que la preocupaba: su jardín. Aunque era muy bonito, se estaba llenando de malas hierbas que ahogaban las hermosas flores. La Princesa Rosa decidió que debía hacer algo al respecto.
Un día, mientras paseaba por el jardín, encontró a un pequeño gnomo llamado Tico.
"Hola, princesa, ¿qué te preocupa?" - preguntó Tico, inclinándose un poco.
"Hola, Tico. Mi jardín no está bien. Las malas hierbas lo están arruinando, y no sé qué hacer para arreglarlo" - respondió la princesa con un suspiro.
"No te preocupes, yo puedo ayudarte. Pero debes prometerme que trabajarás conmigo, ya que no puedo hacerlo solo" - dijo Tico, esperanzado.
"¡Claro! Me encantaría tenerte como compañero. Vamos a cuidarlo juntos" - exclamó la princesa.
Así que la Princesa Rosa y Tico se pusieron manos a la obra. Empezaron a sacar las malas hierbas y a regar las flores. Sin embargo, tras varias horas de trabajo, se dieron cuenta de que era una tarea muy difícil. Las malas hierbas eran muchas, y cada vez que sacaban algunas, aparecían más.
"Esto es muy complicado, Tico. Quizás deberíamos rendirnos" - dijo la princesa, sintiéndose cansada.
"No, Rosa. Rendirnos no es una opción. Recordá que todo lo que vale la pena lleva tiempo y esfuerzo. Además, siempre podemos pedir ayuda" - sugirió Tico.
Con renovado ánimo, decidieron invitar a los habitantes del reino a unirse a su misión. Así que organizaron una gran jornada de limpieza, donde todos podían venir a ayudar en el jardín. El día del evento, el jardín estuvo lleno de risas y alegría, con niños y adultos trabajando juntos.
"¡Gracias por venir! Esto será mucho más divertido con todos ustedes" - dijo la princesa.
Y mientras trabajaban, contaban historias, hacían juegos y compartían risas. Al finalizar el día, el jardín lucía mucho mejor, y la Princesa Rosa se sintió muy satisfecha.
Pero cuando creían que todo estaba resuelto, apareció un dragón pequeño, de color verde con escamas brillantes.
"¡Hola! Soy Drakito, y me encanta jugar en este jardín. Pero siempre encuentro las malas hierbas aún más divertidas" - dijo el dragón, volando entre las flores malas.
"¡Eso no puede ser!" - respondió la princesa alarmada. "Las malas hierbas son malas para las flores".
"Pero yo no puedo evitarlo, me gusta hacer lío" - explicó Drakito, mientras giraba en el aire.
La princesa se sintió triste de que el dragón no entendiera la importancia de cuidar el jardín. Entonces, tuvo una idea.
"Drakito, ¿quieres ayudarnos a cuidar el jardín en lugar de causar problemas? Te prometo que si lo haces, podrías jugar aquí siempre que quieras" - propuso.
"¡Eso suena divertido! De acuerdo, prometo ayudarles" - respondió el dragón entusiasmado.
A partir de ese día, el jardín no solo fue cuidado por la princesa y Tico, sino también por Drakito. Juntos aprendieron la importancia del trabajo en equipo y la manera de disfrutar de la naturaleza. Transformaron el jardín en un lugar mágico lleno de flores, mariposas, y risas.
La Princesa Rosa, Tico y Drakito se hicieron grandes amigos. Y el jardín se convirtió en un símbolo de amistad y esfuerzo compartido.
"Mirá cómo florecen todas las plantas gracias a nuestro trabajo" - dijo Tico un día, mirando el jardín lleno de colores.
"Sí, y lo mejor es que lo hicimos juntos" - añadió la princesa felizmente.
"¡Y también puedo volar por encima y ver todas las flores desde el aire!" - exclamó Drakito, haciendo piruetas en el cielo.
La moraleja de esta historia es que con esfuerzo y la colaboración de amigos, no hay problema que no se pueda solucionar. La princesa Rosa y sus amigos aprendieron a cuidar de su entorno y a disfrutar del proceso, porque en la unión está la fuerza y la alegría. Y así, la Princesa Rosa Feliz nunca dejó de sonreír, rodeada de amigos y de un jardín hermoso que cuidaban juntos.
FIN.