La princesa sapo, el rey y las frutas mágicas


En un reino muy lejano, vivía una princesa sapo que se llamaba Rosalía. Ella era muy curiosa y siempre estaba en busca de nuevas aventuras.

Un día, el rey del reino le regaló a Rosalía un cesto lleno de frutas mágicas. - 'Estas frutas tienen poderes especiales', le dijo el rey. - Rosalía, emocionada, probó cada una de las frutas y descubrió que le otorgaban habilidades increíbles.

La frambuesa le dio fuerza, la naranja le dio agilidad, el kiwi le dio inteligencia, y la sandía le dio el poder de comunicarse con los animales. Con estas nuevas habilidades, la princesa sapo decidió emprender un viaje por el reino para ayudar a quienes lo necesitaran.

En su recorrido, conoció a varios personajes, como un conejo despistado, un pajarito herido y un sapo solitario. Con la fuerza de la frambuesa, ayudó al conejo a construir una madriguera segura. Con la agilidad de la naranja, rescató al pajarito atrapado en una telaraña.

Con la inteligencia del kiwi, resolvió un problema en la aldea de los duendes. Y con el poder de la sandía, pudo entender los problemas del sapo solitario y ayudarlo a hacer amigos.

Al final de su viaje, la princesa sapo descubrió que las frutas mágicas solo le otorgaban poderes temporales, pero que su verdadera fuerza estaba en su bondad y su deseo de ayudar a los demás.

Aprendió que todos tenemos habilidades especiales que podemos usar para hacer del mundo un lugar mejor. De regreso en el castillo, utilizó lo que había aprendido para ayudar a su reino y se convirtió en una princesa aún más querida por su pueblo.

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