La Princesa Sin Voz


Había una vez una niña llamada Cataleya, quien soñaba con convertirse en princesa. Cada noche, se acostaba en su cama y cerraba los ojos, imaginando cómo sería vivir en un hermoso castillo rodeado de lujos y sirvientes.

Un día, mientras paseaba por el bosque encantado cerca de su casa, Cataleya se encontró con una pequeña choza oculta entre los árboles. Curiosa como era, decidió entrar y descubrió que dentro había una bruja amable pero misteriosa.

La bruja se llamaba Agatha y tenía la capacidad de conceder deseos a aquellos que estaban dispuestos a pagar el precio adecuado.

Cuando Cataleya le expresó su deseo de convertirse en princesa, Agatha sonrió maliciosamente y le dijo:"-Estoy dispuesta a cumplir tu deseo, mi querida Cataleya. Pero ten cuidado con lo que deseas, porque todo tiene un precio. A cambio de convertirte en princesa deberás darme tu voz". Cataleya quedó sorprendida al escuchar esto.

¿Cómo podría convertirse en princesa sin poder hablar? Sin embargo, su deseo era tan fuerte que aceptó el trato sin pensarlo dos veces. Agatha realizó su hechizo y al instante Cataleya se transformó en una hermosa princesita.

Sin embargo, cuando intentó hablar para celebrar su nueva vida real, solo salieron susurros silenciosos. A medida que pasaban los días, Cataleya comenzó a darse cuenta del error que había cometido al entregar su voz.

No podía comunicarse con las demás personas y su vida en el castillo se volvió solitaria y triste. Un día, mientras paseaba por los jardines del castillo con lágrimas en los ojos, Cataleya encontró una mariposa herida. A pesar de no poder hablar, decidió cuidarla y curar sus alas lastimadas.

La mariposa, agradecida por la bondad de Cataleya, utilizó su magia para devolverle la voz. Ahora podía comunicarse nuevamente y contarle a la gente sobre las lecciones que había aprendido.

Cataleya descubrió que ser princesa no era solo tener riquezas y lujos. También significaba tener responsabilidades hacia su reino y las personas que vivían en él. Decidió usar su voz para ayudar a los necesitados y hacer del mundo un lugar mejor.

Con el tiempo, Cataleya se convirtió en una princesa muy querida por todos. Su historia inspiradora viajó lejos y llegó a oídos de Agatha, quien se sintió arrepentida por haberle quitado la voz.

Agatha visitó al castillo para disculparse con Cataleya y ofrecerle un regalo especial como muestra de arrepentimiento. Esta vez, sin pedir nada a cambio. "-Perdona mi maldad pasada", dijo Agatha sinceramente. "Estoy orgullosa de cómo has utilizado tu voz para hacer el bien en este mundo".

Desde ese día en adelante, Cataleya continuó siendo una princesa valiente e inspiradora. Usando su voz sabiamente, logró cambiar vidas y demostrar que ser una verdadera princesa no depende solo del título, sino de las acciones y el corazón bondadoso.

Y así, la historia de Cataleya se convirtió en un cuento popular que inspiró a niños y adultos por igual. Recordándoles que todos tenemos la capacidad de hacer una diferencia, sin importar nuestras limitaciones o adversidades.

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