La Princesa Sofía y el Dragón Protector


En un reino lejano, había una leyenda que hablaba de un dragón dormido desde hace siglos. La gente lo llamaba "El Dragón Rojo" y se decía que despertaría cuando la luna se volviera roja como la sangre.

Un día, el cielo se oscureció y la luna adquirió un color rojo intenso. Los habitantes del reino temblaron de miedo al recordar la profecía del Dragón Rojo. Se reunieron en el castillo para buscar una solución.

La princesa Sofía, valiente y astuta, decidió investigar más sobre la leyenda del Dragón Rojo. Con ayuda de su amigo Nando, exploraron los antiguos libros de cuentos hasta encontrar información relevante.

Descubrieron que el Dragón Rojo no era malvado ni peligroso, sino todo lo contrario: era sabio y protector del reino. Además, necesitaba alimentarse con gemas preciosas para sobrevivir. Sofía convocó a los líderes del reino y les contó lo que había aprendido sobre el dragón.

Convenció a todos de que debían ayudarlo en lugar de tenerle miedo. Así fue como organizaron una expedición para encontrar las gemas preciosas necesarias para alimentar al dragón. Fue una tarea difícil pero finalmente pudieron recolectarlas todas.

Cuando llegaron al lugar donde se encontraba el Dragón Rojo, este despertó lentamente ante sus ojos sorprendidos. El dragón pudo sentir el amor y respeto que le tenían por parte de los habitantes del reino gracias a las acciones valientes de Sofía y Nando.

El Dragón Rojo se alimentó con las gemas y agradeció la ayuda de los habitantes del reino. Desde ese día, se convirtió en el protector del reino y nunca más volvieron a tener miedo de él.

La leyenda del Dragón Rojo había sido finalmente desmitificada gracias al valor, la sabiduría y la compasión de Sofía y Nando.

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