La Princesa Sofía y el Dragón Salvan a los Chanchitos


Había una vez tres chanchitos que vivían juntos en un bosque cercano al castillo del reino. Los tres eran muy amigos y siempre se ayudaban entre sí.

Un día, mientras los chanchitos estaban construyendo sus casas, apareció el lobo feroz. El lobo quería comerse a los chanchitos y sopló y sopló hasta derribar la casa de paja del primer cerdito.

El cerdito asustado corrió hacia la casa de madera del segundo cerdito y ambos cerraron las puertas con llave. El lobo intentó sin éxito derribar la casa de madera, así que decidió esperar afuera hasta que salieran.

Pero el tercer cerdito había construido su casa con ladrillos fuertes e impenetrables, por lo que cuando el lobo intentó entrar no pudo hacerlo. Mientras tanto, en el castillo vivía una princesa llamada Sofía. La princesa era muy triste porque no encontraba la felicidad en ninguna parte.

Un día decidió salir a caminar por el bosque para despejar su mente y fue entonces cuando vio al dragón atrapado en una red. La princesa se acercó al dragón para liberarlo y éste le dijo: "Gracias por salvarme, princesa Sofía. Siempre estaré agradecido contigo".

Y así fue como la princesa hizo un nuevo amigo. De vuelta en el bosque, los dos primeros cerditos estaban escondidos dentro de la casa de madera junto a su amigo el tercer cerdito cuando llegó la princesa Sofía acompañada del dragón.

"¿Qué está pasando aquí?", preguntó la princesa. "El lobo quiere comernos", respondió el tercer cerdito. "No te preocupes, yo te ayudaré", dijo la princesa con determinación. Entonces, la princesa y el dragón idearon un plan para engañar al lobo.

El dragón se disfrazó de cordero y se acercó a la casa del tercer cerdito. Cuando el lobo lo vio, pensó que era una presa fácil y corrió a atraparlo.

Pero en cuanto llegó al lugar, los tres chanchitos salieron por detrás de él y cerraron las puertas con llave. El lobo intentó sin éxito entrar en la casa de ladrillos hasta que finalmente desistió y se fue derrotado.

La princesa Sofía y el dragón habían salvado a los tres chanchitos del peligro. Agradecidos con su nueva amiga, los chanchitos invitaron a la princesa a quedarse en sus casas mientras ella buscaba la felicidad que tanto anhelaba.

Con el tiempo, gracias a su amistad con los chanchitos y al amor del dragón, Sofía encontró lo que estaba buscando: la felicidad estaba dentro de ella todo este tiempo. Y así vivieron felices para siempre los cuatro amigos en sus hogares construidos con esfuerzo e ingenio.

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