La Princesa Valiente y el Dragón



Había una vez en un reino lejano, una princesa llamada Valentina. Valentina no era una princesa cualquiera; tenía superpoderes que le permitían ayudar a las personas. Todos en el reino la querían mucho, porque siempre les traía comida y alegría. Sin embargo, un día, algo terrible sucedió.

Mientras Valentina estaba en su jardín mágico, un dragón aterrador apareció y comenzó a quemar todas las verduras y frutas que había cultivado con tanto amor.

"¡No! ¡Detente!" - gritó Valentina desesperada. Pero el dragón solo lanzó fuego sin piedad.

Poco después, todos los habitantes del reino se enteraron del desastre. Sin comida, estaban muy tristes y preocupados. Valentina, con su corazón noble, decidió que no podía quedarse de brazos cruzados. Tenía que actuar.

"No puedo permitir que este dragón destruya nuestra felicidad. Mañana iré a enfrentarme a él y recuperar lo que hemos perdido" - se dijo a sí misma, llena de coraje.

El día siguiente, Valentina salió al bosque donde había visto al dragón. Pero para su sorpresa, cuando llegó, un príncipe llamado Luis ya estaba allí, montando al dragón como si fueran amigos.

"¿Qué estás haciendo, príncipe?" - preguntó Valentina con asombro.

"Estoy tratando de calmar al dragón. Se siente solo y no sabe cómo hacer amigos. Por eso atacó nuestro reino" - respondió Luis, con una voz serena.

Valentina se detuvo a pensar.

"Entonces, ¿qué hacemos?" - preguntó ella, sintiéndose algo aliviada.

"Debemos mostrarle que no tiene que tener miedo y que puede ser parte de nuestra comunidad" - dijo el príncipe con determinación.

La princesa asintió y juntos idearon un plan. Invitaron al dragón a una fiesta en el pueblo, donde todos podrían conocerlo. Prepararon un gran banquete con la comida que quedaba y le dejaron un espacio especial. Cuando el dragón llegó, al principio se mostraba tímido y asustado.

"No tengo intención de lastimarlos, solo quiero ser aceptado" - dijo el dragón con una voz temblorosa.

"¡Eres bienvenido aquí!" - gritó Valentina con una sonrisa.

La princesa y el príncipe se acercaron al dragón. A lo largo de la fiesta, comenzaron a compartir historias, risas y juegos. La gente del pueblo se dio cuenta de que el dragón tenía un gran corazón.

A medida que pasaba el tiempo, se hicieron grandes amigos. El dragón prometió que nunca más volvería a quemar sus cultivos.

"Gracias, Valentina y Luis. A partir de ahora seré su guardián y protegeré su reino" - dijo el dragón, mientras todos aplaudían y celebraban la nueva amistad.

Desde ese día, el dragón no solo se convirtió en un amigo del reino, sino también en su defensor. La gente aprendió que a veces, las situaciones más complicadas pueden solucionarse con comprensión y amor.

Y así, Valentina y Luis, junto con su nuevo amigo, continuaron ayudando a los necesitados, llenando el reino de comida, felicidad y amistad.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!