La princesa verdadera



Había una vez una niña llamada Helena, que desde muy pequeña tenía dos grandes pasiones en la vida: las princesas y el maquillaje.

A ella le encantaba disfrazarse de princesa y jugar a ser una reina en su castillo imaginario. También disfrutaba mucho jugando con los maquillajes de su mamá, creando looks nuevos cada día. Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Helena escuchó a unos niños burlándose de ella por sus gustos.

"¡Mira esa niña rara que siempre anda vestida como princesa!" decían riéndose. Helena se sintió triste y avergonzada por un momento, pero luego recordó algo importante: lo que importa es lo que uno siente por dentro.

Esa noche, cuando estaba acostada en su cama pensando en lo sucedido, llegó la sorpresa del día: ¡su abuela llegó a visitarla! La abuela era una mujer sabia y amorosa que siempre tenía algo interesante para contarle a Helena.

"Hola mi nieta hermosa ¿cómo estás?" preguntó la abuela al entrar al cuarto. "Estoy bien abuela" respondió Helena aún pensativa. "Pareces estar preocupada ¿quieres contarme qué te pasa?"Helena le conto todo lo ocurrido ese día en el parque.

"Oh querida", dijo la abuela mientras la tomaba de las manos," no permitas nunca que nadie te haga sentir mal por tus gustos o intereses. Lo importante es ser fiel a uno mismo.

""¿Pero cómo puedo hacer eso?" preguntó Helena curiosa. La abuela sonrió y dijo: "Mira, te contaré una historia. Había una vez una princesa llamada Sofia, que era muy valiente y amaba a su familia más que nada en el mundo.

"Helena se emocionó al escuchar la historia de la abuela. "Un día, la princesa Sofia tuvo que enfrentar un gran desafío: un dragón había invadido el reino y estaba causando estragos por todas partes.

Muchos de los valientes guerreros del reino se habían escondido por miedo al dragón, pero Sofia sabía que tenía que hacer algo para salvar a su familia y amigos. ""¿Qué hizo entonces?" preguntó Helena ansiosa. "Bueno, ella decidió ir sola a enfrentarse al dragón con coraje y determinación.

Pero antes de salir del castillo, Sophia tomó sus pinturas y pinceles favoritos para maquillarse como si fuera una guerrera fuerte e intrépida. ""¡Increíble!" exclamó Helena sorprendida.

"Sí querida", continuó la abuela," lo importante es ser fiel a uno mismo. Si tú amas las princesas y el maquillaje, no tienes por qué ocultarlo o avergonzarte de ello. Al contrario, debes sentirte orgullosa de tus gustos e intereses porque eso te hace única.

"Helena sonrió feliz al entender lo que le dijo su abuela. A partir de ese día, Helena siguió jugando a ser princesa y maquillándose cada vez que quería sin importar lo que dijeran los demás niños en el parque.

Y aunque algunos todavía se burlaban de ella ocasionalmente, ya no le importaba tanto porque sabía que lo importante era ser fiel a sí misma y hacer lo que la hacía feliz.

Y así, Helena aprendió una gran lección gracias a su abuela: que no hay nada más valioso en la vida que ser uno mismo.

FIN.

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