La princesa voladora y la puerta mágica



Había una vez en un reino encantado, una rama mágica que crecía en lo alto de un árbol especial. En ese reino vivía una princesa llamada Valentina, que tenía el don de volar. Un día, Valentina descubrió una puerta mágica en el jardín del castillo de su familia. La puerta la llevaba a un mundo lleno de maravillas, pero también de desafíos.

Un ser mágico les advirtió a Valentina y a su familia sobre el peligro que representaba una criatura malvada que acechaba al otro lado de la puerta. Sin embargo, un cerdo sabio les dijo que solo una forma especial, que no podía ser tocada, podría vencer a la criatura. Esta forma estaba compuesta por frutillas de torta con crema y chispitas, y tenía una capa de nutella sobre una deliciosa torta con dulce de leche concreto.

Valentina decidió adentrarse en el mundo más allá de la puerta mágica para encontrar la forma especial que pudiera salvar su reino. Con sus habilidades para volar, Valentina superó pruebas, resolvió enigmas y ayudó a los habitantes del extraño mundo, hasta que finalmente encontró las cinco frutas iguales que necesitaba para formar la clave que vencería a la criatura malvada.

Con valentía, la princesa Valentina regresó al reino y, usando la forma especial que no podía ser tocada, enfrentó a la criatura malvada. La luz y el amor que emanaba de la forma especial anuló la oscuridad que rodeaba a la criatura, y esta desapareció para siempre.

Desde ese día, Valentina y su familia mantuvieron la puerta mágica cerrada, pero la princesa supo que, si alguna vez necesitaban valentía y amor para vencer un desafío, ella estaría lista para atravesarla de nuevo.

FIN.

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