La princesa Xeneize


Había una vez, en un reino muy lejano, una princesa llamada Francesca. Era la hija del rey y la reina del reino más grande de toda la región.

Pero lo que nadie sabía es que Francesca tenía un gran secreto: era hincha fanática del club de fútbol Boca Juniors. Francesca amaba el fútbol desde pequeña, pero nunca se animó a contárselo a sus padres por miedo a su desaprobación.

Sin embargo, su amor por el deporte no hacía más que crecer con los años y cada vez se hacía más difícil ocultarlo. Un día, mientras paseaba por los jardines del castillo, escuchó unos gritos provenientes de la cancha de entrenamiento.

Se acercó curiosa y descubrió que los jugadores estaban practicando para un partido importante contra su mayor rival: River Plate. Francesca no podía creerlo. Era el partido más importante del año y ella no podía estar allí para apoyarlos.

Decidió entonces hacer algo al respecto y empezó a planear cómo podría ir al estadio sin ser reconocida. "¿Qué puedo hacer? No puedo ir vestida como una princesa", pensaba Francesca.

Fue así que decidió disfrazarse de hincha común: se puso una camiseta azul y amarilla con pantalones cortos negros y gorra para cubrir su cabello rubio. Nadie sospecharía quién era realmente bajo ese disfraz.

Con mucho cuidado, salió del castillo esa noche rumbo al estadio La Bombonera donde tendría lugar el partido tan esperado. Una vez allí, se mezcló entre la multitud y se sentó en las gradas. El partido comenzó y Francesca gritaba con todas sus fuerzas para alentar a su equipo.

Pero justo cuando Boca estaba por marcar un gol, los hinchas de River empezaron a provocarla. "¡Eh vos! ¿Qué hacés acá? Esto es territorio de River", le dijo uno de ellos.

Francesca no sabía qué hacer, estaba asustada y sola frente a una multitud que no la aceptaba como hincha. Pero entonces recordó algo muy importante: el respeto. "Sé que somos rivales en el fútbol pero eso no significa que debamos faltarnos al respeto.

Yo amo a mi equipo tanto como ustedes aman al suyo", les respondió con valentía Francesca. Los hinchas de River se quedaron sorprendidos por la respuesta y algunos hasta empezaron a aplaudirla.

Francesca había demostrado que el respeto es clave para convivir en armonía, aun siendo rivales en el deporte. Finalmente, Boca Juniors ganó el partido gracias al apoyo incondicional de Francesca y todos los demás hinchas del equipo.

Y aunque nadie supo quién era realmente esa hincha disfrazada, todos recordaron su mensaje sobre el valor del respeto mutuo. Desde ese día, Francesca decidió ser fiel a sí misma y nunca más ocultar su amor por Boca Juniors.

Aprendió que ser diferente es lo que nos hace únicos e interesantes, y que siempre debemos defender nuestros valores con coraje y determinación.

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