La princesa y el demonio


Había una vez una hermosa princesa llamada Sofía, quien vivía en un majestuoso palacio rodeado de jardines y fuentes. A pesar de tener todo lo que quería, la princesa se sentía sola y triste.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano al palacio, conoció a un demonio llamado Dante. Al principio, Sofía tenía miedo del demonio pero pronto descubrió que era amable y divertido.

Dante le mostró a Sofía cosas nuevas e interesantes que nunca había visto antes. Le enseñó cómo hacer fuego sin encendedor ni cerillos y cómo atrapar peces en el río cercano. Juntos pasaron horas hablando y riendo.

Sin embargo, cuando la princesa regresó al palacio, se dio cuenta de que su padre no aprobaría su amistad con un demonio. Después de todo, los demonios eran conocidos por ser malvados e inmorales. Así que decidió mantener su amistad en secreto y seguir viendo a Dante en el bosque.

Pero las cosas se complicaron aún más cuando ella comenzó a enamorarse del demonio. Un día, mientras estaban pescando juntos en el río, Sofía tomó valor para confesarle sus sentimientos a Dante: "Dante -dijo tímidamente- me gusta mucho pasar tiempo contigo...

y creo que estoy enamorada de ti". Dante quedo sorprendido pero respondió con ternura: "Sofia es maravilloso estar contigo también... pero ¿qué hay del reino? Tu padre no entenderá nuestra relación". Sofia pensaba en lo mismo desde hace tiempo.

Sabía que su padre nunca aceptaría su amor por Dante, pero ella estaba dispuesta a luchar por él. Juntos decidieron enfrentar al rey y contarle la verdad sobre sus sentimientos.

Fue una conversación difícil, pero el rey finalmente entendió que lo importante era la felicidad de su hija. Y así, la princesa y el demonio vivieron felices para siempre en el bosque cercano al palacio.

Aprendieron que el amor puede superar cualquier obstáculo si uno está dispuesto a luchar por él. Desde entonces, Sofía se convirtió en una defensora de los demonios y otros seres diferentes de su reino.

Enseñó a todos que no debemos juzgar a alguien solo por su apariencia o reputación sino conocerlos mejor antes de formarnos una opinión.

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