La princesa y el dragón astuto
María era una princesa muy valiente y curiosa que vivía en un hermoso reino. Siempre le gustaba explorar los alrededores del castillo y aprender cosas nuevas cada día.
Pero un día, el reino fue amenazado por la presencia de un feroz dragón que aterrorizaba a todos. El rey y la reina estaban preocupados por la seguridad de su hija y de todo el pueblo.
Convocaron a los caballeros más valientes del reino para enfrentar al dragón, pero ninguno lograba derrotarlo. María estaba decidida a ayudar, así que decidió buscar una solución por sí misma. Un día, mientras paseaba cerca del bosque encantado, se encontró con un anciano sabio llamado Don Gregorio.
Él conocía muchos secretos sobre criaturas mágicas y le propuso ayudarla a encontrar una forma de vencer al temible dragón. Don Gregorio le explicó que el dragón tenía debilidades y fortalezas como cualquier ser vivo.
Le dijo que el punto débil del dragón era su cola, pero sólo podía ser alcanzada si alguien era lo suficientemente inteligente para distraerlo mientras otro atacaba.
María pensó en cómo podría distraer al dragón y recordó algo importante: el dragón tenía debilidad por las frutas jugosas y dulces. Decidió ir al mercado local para conseguir las frutas más apetitosas. Con una canasta llena de manzanas rojas, naranjas jugosas y plátanos maduros, María regresó al castillo con una sonrisa en su rostro.
Sabía exactamente qué hacer para salvar a su reino. Al día siguiente, cuando el dragón apareció nuevamente, María se acercó a él con su canasta de frutas. El dragón alzó la cabeza y olfateó el delicioso aroma que provenía de las frutas.
Se acercó a María y comenzó a comerlas con avidez. Mientras tanto, uno de los caballeros más valientes del reino aprovechó la distracción del dragón para atacarlo por detrás.
Golpeó con todas sus fuerzas la cola del dragón, justo en el punto débil señalado por Don Gregorio. El golpe fue tan fuerte que el dragón quedó aturdido durante unos segundos. Los demás caballeros aprovecharon ese momento para unirse y lanzarle flechas al corazón del dragón.
Finalmente, el feroz monstruo cayó derrotado. María se convirtió en una heroína para todo el reino. Su astucia e inteligencia habían logrado vencer al temible dragón que había amenazado su hogar. Todos celebraron su valentía y le agradecieron por salvarlos.
Desde aquel día, María siempre recordaría lo importante que era utilizar la inteligencia y buscar soluciones creativas en momentos difíciles.
Aprendió que no importaba cuán pequeños o jóvenes éramos, todos teníamos habilidades únicas para enfrentar cualquier desafío que se nos presentara. Y así, María vivió feliz junto a su familia y pueblo sabiendo que nunca debemos subestimar nuestro potencial ni dejar de luchar por lo que creemos justo.
FIN.