La princesa y el jardín encantado
Había una vez en un reino lejano, una princesa pequeña y muy curiosa llamada Sofía. A diferencia de otras princesas, a Sofía no le gustaba permanecer encerrada en el castillo.
Su lugar favorito para explorar era el jardín real, un lugar mágico lleno de flores de colores brillantes y árboles frondosos. Un día, mientras paseaba por el jardín, encontró una puerta secreta detrás de un rosal. Sin pensarlo dos veces, decidió abrirla y adentrarse en un mundo desconocido.
Descubrió un jardín encantado donde todo era gigante: las flores, las mariposas, y hasta las piedras. -¡Qué maravilla! -exclamó Sofía sorprendida. Al caminar entre los enormes girasoles, conoció a una familia de duendes que le contaron que el jardín encantado necesitaba ayuda.
Las plantas estaban marchitas y tristes debido a la falta de cuidado. Decidida a ayudar, la princesa Sofía se puso manos a la obra. Con su valentía y bondad, logró devolver la vitalidad al jardín encantado.
A cambio, los duendes le regalaron una semilla muy especial. -Plántala en el jardín real y verás algo maravilloso sucederá, le dijeron.
Sofía siguió las instrucciones y en poco tiempo, la semilla se convirtió en un árbol mágico que brindaba sabiduría y alegría a todos en el reino. Desde entonces, la princesa Sofía continuó visitando el jardín encantado, aprendiendo valiosas lecciones sobre el cuidado de la naturaleza y la importancia de ayudar a los demás.
Y colorín colorado, este cuento ha terminado, pero la magia de Sofía y su jardín encantado perdurará por siempre.
FIN.