La princesa y el lobo valiente



Había una vez en un lejano reino, una hermosa princesa llamada Isabella. Ella vivía en un imponente castillo rodeado de jardines floridos y fuentes cristalinas.

A pesar de tener todo lo que deseaba, la princesa anhelaba aventuras fuera de los muros del castillo. Un día soleado, decidió salir a pasear por el parque del reino. Mientras caminaba entre los árboles frondosos y las coloridas flores, escuchó un suave aullido a lo lejos.

Intrigada, se acercó con cautela y descubrió a un lobo solitario. En lugar de sentir miedo, la princesa sintió compasión por el animal. "¿Por qué estás tan triste, amiguito lobo?" -preguntó Isabella con ternura.

El lobo levantó la mirada sorprendido de encontrar a alguien que no huía al verlo y respondió: "Estoy solo y todos me temen por mi aspecto feroz". La princesa sonrió y extendió su mano hacia el lobo para acariciarlo.

El animal cerró los ojos disfrutando del gesto amable de Isabella. "No temas, yo no te haré daño. Todos merecen una segunda oportunidad", dijo la princesa con dulzura. Desde ese día, la princesa visitaba al lobo en el parque todas las mañanas.

Juntos recorrían los senderos e incluso jugaban entre las praderas. La gente del reino al principio se mostraba temerosa ante esta extraña amistad, pero al ver cómo el lobo nunca hacía daño a la princesa, empezaron a aceptarlo poco a poco.

Sin embargo, una mañana gris y tormentosa, mientras paseaban por el parque, escucharon gritos desesperados provenientes del castillo. Rápidamente corrieron hacia allí y vieron que un incendio había comenzado en las cocinas y se estaba extendiendo rápidamente.

Sin dudarlo ni un segundo, el lobo guiado por sus instintos salvajes corrió hacia las llamas y logró rescatar a varios sirvientes atrapados en medio del fuego. La valentía del lobo impresionó a todos los presentes.

Gracias al coraje del lobo salvador, se logró controlar el incendio antes de que se propagara por todo el castillo.

La princesa abrazó emocionada al lobo y pronunció unas palabras que resonaron en todos los corazones presentes:"La verdadera valentía no está determinada por nuestra apariencia externa sino por nuestros actos nobles". Desde ese día, el lobo fue considerado como un héroe en el reino y siempre tuvo un lugar especial junto a la princesa Isabella en el parque real.

Y juntos demostraron que la verdadera amistad va más allá de las apariencias superficiales.

FIN.

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