La Princesa y el Lobo Zombie



En una colorida ciudad llamada Arcoíris, donde los edificios eran de un brillante color amarillo y las calles estaban llenas de música, vivía una bruja llamada Serafina. Serafina no era una bruja malvada, sino una bruja simpática que adoraba ayudar a los demás. Tenía una varita mágica que brillaba con muchos colores y que, a ojos de todos, era simplemente un adorno. Pero lo que nadie sabía era que su varita podía hacer cosas increíbles.

Un día, mientras caminaba por el parque, Serafina tuvo una idea. "Hoy será un día especial", se dijo a sí misma. Decide utilizar su varita mágica para invitar a una princesa a la ciudad. "Quiero que la ciudad se llene de alegría y que todos aprendan a compartir", pensó.

Así que, con un gesto encantador de su varita, apareció una hermosa princesa llamada Lía. Lía llevaba un vestido de gala brillante y una tiara que destellaba bajo el sol. Todos en la ciudad estaban emocionados y la saludaron con entusiasmo.

"¡Bienvenida, Princesa Lía!" - gritaron los niños.

La princesa sonrió y saludó a todos. Pero en un giro inesperado, Serafina decidió hacer otro hechizo. "Esta vez, quiero traer un amigo especial para la princesa", dijo mientras movía su varita de nuevo. Sin embargo, en lugar de traer a un gentil caballero, apareció un extraño lobo con aspecto de zombie. Tenía ojos amarillos y suaves manchas verdes en su pelaje.

Los ciudadanos de Arcoíris gritaron y corrieron despavoridos, pero la princesa, valiente, se acercó al lobo y dijo: "No te asustes, pequeño amigo. ¿Por qué estás aquí?"

El lobo zombie, que en realidad se llamaba Zumba, respondió con voz triste: "Vine a buscar un lugar donde pertenezca. A pesar de ser un zombie, tengo un corazón amable y solo quiero compañía."

La princesa se sintió conmovida. "No importa cómo te veas, todos merecemos un lugar donde ser aceptados. Ven, acompáñame y seamos amigos."

Serafina observó desde un rincón, feliz por la valentía de la princesa. Pero también notó que la ciudad había olvidado un gran principio: el respeto por la diversidad. Así que decidió ayudar a Zumba a también sentirse parte de la ciudad.

"Zumba, quiero que conozcas a todos en Arcoíris. ¡Vamos a dar una fiesta!" - exclamó Serafina.

Y así, organizó un gran evento en la plaza central. La ciudad se adornó con luces de colores y música alegre, mientras Zumba temía ser rechazado. Pero a medida que pasaba la tarde, los niños comenzaron a acercarse a él, intrigados. La princesa, con su encanto, comenzó a bailar y a invitar a los demás a unirse. "Miren, Zumba puede ser nuestro rey de la fiesta, ¡todos juntos podemos divertirnos!"

Al principio, algunos dudaron, pero al ver el gran corazón de Zumba y cómo ayudaba a los demás, no tardaron en unirse. "¡Le queda genial bailar a este lobo zombie!" - rió uno de los niños. Y de esa manera, la gente comenzó a ver lo especial que era Zumba, gracias a la bondad de la princesa y la magia de Serafina.

La fiesta fue un éxito. Todos se divirtieron, bailaron y aprendieron a aceptar la diversidad en cada uno de ellos. Al final de la noche, Serafina se acercó a la princesa y Zumba. "Hoy hemos creado un círculo mágico de amistad. Recordemos siempre que la verdadera magia está en el amor y en la aceptación."

De ahí en adelante, Zumba se convirtió en el mejor amigo de la princesa y en un querido miembro de la comunidad. Arcoíris se volvió un lugar donde la diversidad era celebrada y todos eran bienvenidos, sin importar cómo lucieran. Y así, la historia de la princesa, el lobo zombie y la bruja se convirtió en una leyenda que se contaba a los niños durante muchos años.

Así fue como Serafina, Lía y Zumba enseñaron a la ciudad que la verdadera belleza reside en la diversidad y en la amistad.

FIN.

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