La Princesa y el Monstruo del Bosque



Había una vez un castillo abandonado en el medio de un espeso bosque. El lugar estaba cubierto de hiedra y flores silvestres, y aunque parecía desierto, no estaba tan solo. En el alto torreón de su castillo, vivía una hermosa princesa llamada Lila. Su corazón, aunque lleno de ansias de aventuras, estaba marcado por la tristeza de la soledad.

Un día, mientras exploraba el bosque que rodeaba su hogar, Lila escuchó un extraño sonido que provenía de un matorral cercano. Intrigada, se acercó lentamente y, para su sorpresa, se encontró con un gigantesco monstruo de pelaje verde y ojos brillantes.

"¡No tengas miedo!" - dijo el monstruo, un poco cohibido. "Soy Gargul, guardián del bosque. Solo muestro mis verdaderos colores a quienes tienen buenos corazones."

Lila, aunque al principio asustada, vio la suavidad de su voz y la amabilidad en sus ojos, y rápidamente se dio cuenta de que Gargul no era un monstruo cualquiera, sino un ser sensible y amistoso. Comenzaron a charlar y a conocerse.

"¿Por qué vives aquí tan solo, Gargul?" - preguntó Lila.

"Porque todos me temen por mi apariencia. Nadie se atreve a acercarse, así que pasé mis días cuidando el bosque y sus criaturas. Pero en el fondo, anhelo compañía."

Con el paso de los días, Lila visitaba a Gargul todos los días, y juntos compartían historias, risas y juegos en el bosque. La princesa disfrutaba de la compañía de su nuevo amigo y, sorprendentemente, se dio cuenta de que estaba empezando a enamorarse de él.

Pero un día, mientras paseaban, se encontraron con un grupo de aldeanos que habían ido de excursión al bosque. Al ver a Gargul, comenzaron a gritar y a correr, temerosos de su apariencia.

"¡Socorro! Un monstruo!" - gritó uno de los hombres.

"¡Espera!" - pidió Lila, alzando la voz. "No es un monstruo, es mi amigo Gargul, y su corazón es tan grande como su tamaño."

Los aldeanos se detuvieron y miraron a Lila, confundidos.

"¿Qué decís, princesa?" - preguntó una mujer. "¿Te estás refiriendo a esa cosa?"

"Es un ser bondadoso que cuida y protege este bosque. No deberían tenerle miedo. Al igual que las personas, a veces lo que parece fuera no refleja lo que hay dentro simpre."

Los aldeanos comenzaron a murmurar entre ellos, y finalmente el líder del grupo decidió dar un paso adelante.

"Si eres amigo de la princesa, tal vez podamos intentarlo. Pero nos gustaría conocerlo primero."

Lila sonrió y llevó a Gargul hacia el grupo. Con cada paso, sus corazones se llenaban de duda, pero Gargul se presentó con humildad y cariño. Poco a poco, las risas empezaron a llenar el aire, y Gargul mostró a los aldeanos sus talentos: hacer crecer flores de un solo toque y cantar dulces melodías a las aves.

"¿Ves? No es un monstruo, es un verdadero amigo. " - exclamó Lila, contenta al ver la sonrisa en los rostros de los aldeanos.

Desde aquel día, el bosque se volvió una comunidad viva, un lugar donde personas y criaturas se unieron en armonía. La amistad entre Lila y Gargul floreció como las flores que crecía en el bosque, y juntos enseñaron a todos que no hay que juzgar a alguien por su apariencia sino por su corazón.

Y así, el castillo, que había estado lleno de soledad, se convirtió en un lugar de risas y aventuras. Lila y Gargul demostraron que el amor y la amistad pueden superar cualquier barrera, y que, aunque a veces las cosas no son como parecen, lo importante es siempre mirar más allá.

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

FIN.

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