La princesa y la magia de las plantas
En un reino lejano, vivía una princesa llamada Sofía, a quien le encantaban los peluches y las plantas.
A diferencia de otras princesas, a Sofía no le interesaban los vestidos ni las joyas; su pasión eran las plantas y la jardinería. Pasaba horas cuidando su jardín real, rodeada de hermosas flores y frondosos árboles.
La gente del reino se sorprendía al ver a la princesa tan activa en el jardín, pero la admiraban por su amor y empatía hacia las plantas. Un día, llegó un mago al reino, con la fama de tener el poder de dar vida a los peluches. La princesa Sofía, emocionada, buscó al mago para que le enseñara su magia.
- ¡Señor mago, por favor, enséñame a dar vida a mis peluches! - le rogó la princesa.
El mago, impresionado por la gentileza y la empatía de la princesa, accedió a enseñarle su magia, pero con una condición: que ella le enseñara todo lo que sabía sobre cuidar las plantas. Así, comenzó el intercambio de conocimientos. La princesa aprendió a infundir vida en sus peluches, mientras el mago descubría el maravilloso mundo de las plantas a través de los cuidados de Sofía.
Sin embargo, un día, una sequía devastadora golpeó al reino, marchitando todas las plantas y árboles del jardín real. La princesa Sofía, desconsolada, no sabía qué hacer. Pero recordó una lección importante del mago: la importancia de la empatía y de cuidar el entorno.
Con determinación, la princesa lideró al pueblo en la tarea de recuperar el jardín, sembrando nuevas plantas, cuidándolas con amor y paciencia. Finalmente, con el esfuerzo conjunto, el jardín real volvió a florecer, más vibrante y hermoso que nunca.
La princesa Sofía comprendió que, al igual que los peluches, las plantas también merecían amor y cuidado.
Desde ese día, el reino entero aprendió la importancia de cuidar la naturaleza, y la princesa Sofía se convirtió en un ejemplo de empatía y amor hacia todos los seres vivos.
FIN.