La Princesa y la Rana Amigos para Siempre
, vivía en un hermoso castillo rodeado de jardines y fuentes. Pero Abby no era como cualquier otra princesa, ella prefería correr descalza por los campos y jugar con los animales del bosque.
Un día, mientras paseaba por el bosque, Abby se encontró con una rana que le habló:- Hola Abby, ¿quieres ser mi amiga? Abby se sorprendió al ver a una rana hablarle, pero decidió darle una oportunidad. - Claro que sí -respondió Abby-.
¿Cómo te llamas? - Me llamo Freddy -dijo la rana-. Y soy un príncipe encantado. Abby no podía creer lo que estaba escuchando.
Freddy le contó que había sido convertido en rana por un malvado hechicero y que solo podría volver a ser humano si alguien lo besaba. Abby decidió ayudar a su nuevo amigo y juntos emprendieron un viaje para encontrar al hechicero. Durante su viaje, conocieron a muchos personajes interesantes como unicornios y hadas.
También enfrentaron peligrosos obstáculos como puentes rotos y arroyos caudalosos. Finalmente llegaron al castillo del hechicero donde encontraron una habitación llena de espejos mágicos.
El hechicero apareció ante ellos y les dijo:- Si quieres liberar a tu amigo tendrás que encontrar el espejo correcto entre todos estos espejos mágicos. Abby sabía que debían elegir cuidadosamente para poder liberar a Freddy. Después de mucho buscar encontraron el espejo correcto y cuando lo rompieron, Freddy volvió a ser humano.
Freddy estaba tan agradecido que le pidió a Abby que se casara con él. Pero Abby sabía que no era lo correcto y le respondió:- Gracias, Freddy, pero prefiero seguir siendo tu amiga.
Freddy entendió la decisión de Abby y juntos regresaron al castillo donde fueron recibidos como héroes. Desde ese día, Abby aprendió que las verdaderas amistades son mucho más valiosas que cualquier cosa material.
Y aunque nunca se convirtió en princesa de cuento de hadas, ella sabía que había encontrado algo mucho más importante: el amor y la amistad verdadera.
FIN.