La Profe de los Sueños



Era una vez, en un rincón encantado de un barrio vibrante, un comedor mágico donde se reunían 20 niños con poderes extraordinarios. La historia comienza un día soleado cuando llegó una profe llamada Sofía. Con sus ojos brillantes y una sonrisa que iluminaba la habitación, Sofía se sintió inmediatamente cautivada por la risa y la energía de los pequeños.

Los chicos no eran como los demás; cada uno poseía habilidades especiales. Pedro podía volar por breves momentos, Lucía hacía crecer flores a su alrededor, y Matías tenía el poder de comunicarse con los animales. Juntos, formas un grupo increíblemente unido y feliz. Sofía, encantada por ellos, decidió quedarse.

"¡Hola, chicos! Soy su profe Sofía. ¿Qué les gusta más hacer aquí?" - preguntó, llenando el aire con su entusiasmo.

"¡Nos encanta hacer magia y jugar!" - respondieron al unísono.

Así comenzaron tres años de aventuras. Sofía enseñaba más que solo materias; les enseñaba a ser amigos, a compartir, a cuidar de los demás y a usar sus poderes para ayudar.

Un día, mientras jugaban en el jardín del comedor, ocurrió un evento inesperado: un dragón pequeño y perdido apareció volando. Todos se asustaron al verlo, pero Sofía con calma les dijo:

"Chicos, no tenemos que tener miedo. ¡Podemos ayudarlo!"

Los niños se unieron y, mediante sus habilidades, lograron tranquilizar al dragón y ayudarlo a encontrar su camino a casa. Este gesto de bondad unió aún más sus corazones.

Sin embargo, el paso del tiempo no se detiene. Pronto, la profe Sofía recibió una noticia importante: debía regresar a su ciudad natal y continuar con su vida. Era difícil de aceptar, y sus corazones estaban llenos de tristeza.

"No quiero irme, chicos. Ustedes han sido como mi familia aquí" - les dijo un día, con una lágrima en su ojo.

"¡Profe, no puede ser! Hemos aprendido tanto con usted, ¿cómo haremos sin sus historias?" - exclamó Lucía, con su voz temblorosa.

Sofía sonrió, ya que sabía que debía dejarles algo especial. Decidió organizar una gran fiesta de despedida, llena de magia y alegría. Todos trabajaron juntos para preparar sorpresas, incluyendo una muestra de sus poderes: un espectáculo de luces voladoras y flores que danzaban en el aire.

El día de la fiesta, el comedor estaba decorado con globos flotantes y luces que parecían estrellas. Sofía, emocionada, se sentó en el centro, rodeada de sus amados alumnos.

"Quiero que siempre recuerden lo que hemos compartido. La amistad, el amor y la magia nunca se irán si las tienen en sus corazones." - dijo Sofía, mientras se abrazaban.

Tras la fiesta, llegó el momento de partir. Sofía miró a cada niño con cariño y prometió que siempre los llevaría en su corazón.

"Recuerden, pueden escribirle a la profe. Yo siempre estaré aquí mientras piensen en mí" - dijo, señalando su corazón.

"¡Profe, haremos una carta mágica! Cada vez que nos extrañemos, la enviaremos al viento y llegará a usted" - sugirió Pedro, volando un poco mientras pensaba en la idea.

Así, con promesas de cartas y recuerdos, Sofía se despidió, sintiendo que su corazón estaba lleno de amor. Aunque se alejaba físicamente, su legado y las enseñanzas de amor y amistad seguirían en los corazones de esos 20 niños mágicos.

Con los años, seguían enviando cartas al viento, formando un lazo de amistad que nunca se rompió y que demostraba que la magia más poderosa de todas es la que creamos juntos.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!