La promesa del verano en el castillo abandonado


Había una vez una niña llamada Sofía que se encontraba de vacaciones en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Un día, mientras paseaba por el bosque, descubrió un castillo abandonado y decidió explorarlo.

Al entrar al castillo, Sofía se encontró con un vampiro amistoso llamado Víctor. A pesar de tener miedo al principio, pronto se hicieron amigos y comenzaron a vivir aventuras juntos en el castillo.

Un día, mientras jugaban en la torre más alta del castillo, Sofía perdió el equilibrio y cayó al suelo. Se lastimó la pierna y no podía caminar sin ayuda. Víctor intentó ayudarla pero era demasiado débil para cargarla. Fue entonces cuando apareció un buho sabio llamado Héctor.

Héctor les dijo que conocía una planta especial que podría curar la pierna de Sofía y los llevó a través del bosque hasta encontrarla.

Sofía bebió el té hecho con las hojas de esa planta durante varios días y pronto pudo caminar nuevamente sin ayuda. Ella estaba muy agradecida con Víctor por cuidarla durante ese tiempo difícil e incluso le enseñó algunas cosas nuevas sobre cómo divertirse en el mundo humano.

Sin embargo, cuando llegó el momento de irse a casa, Sofía se dio cuenta de lo mucho que extrañaría a sus nuevos amigos. Decidió hacerles una promesa: volver cada año para visitarlos en su hermoso castillo. Y así lo hizo durante muchos años después.

Cada verano regresaba al bosque para pasar tiempo con sus amigos vampiros y su amigo sabio buho. Juntos, vivieron muchas aventuras y aprendieron cosas nuevas sobre el mundo que los rodeaba.

Sofía siempre recordaría ese verano en el que conoció a Víctor y Héctor, y cómo su amistad la llevó a vivir las mejores aventuras de su vida.

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