La Protectora del Bosque


Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Caperucita. Era muy curiosa y siempre se aventuraba por el bosque para visitar a su abuela, quien vivía al otro lado del camino.

Un día soleado, mientras caminaba por el sendero, Caperucita notó algo extraño. ¡El lobo que solía acechar el bosque estaba sentado en un tronco! Pero este lobo era diferente; tenía una mirada triste y parecía necesitar ayuda. "Hola, lobo", dijo Caperucita con cautela.

"¿Qué haces aquí?"El lobo levantó la cabeza y respondió con voz apagada: "Estoy muy enfermo y no tengo fuerzas para cazar. Me siento solo y abandonado. "Caperucita sintió compasión por el lobo y decidió ayudarlo.

Sabía que su abuela le enseñó a ser amable con todos los seres vivos. "Lobo, si prometes no hacerle daño a nadie, puedo llevarte algunos alimentos del mercado", ofreció Caperucita.

El lobo asintió débilmente y Caperucita corrió hacia el mercado más cercano. Compró carne fresca y vegetales para satisfacer las necesidades del lobo enfermo. Cuando regresó al bosque con la comida, encontró al lobo esperándola pacientemente. "Aquí tienes", dijo Caperucita mientras colocaba la comida frente al lobo.

"Espero que te ayude a recuperarte". El lobo comenzó a comer lentamente mientras Caperucita lo observaba con ternura. A medida que pasaban los días, Caperucita visitaba al lobo regularmente y le llevaba comida fresca.

Un día, mientras Caperucita se dirigía a la casa de su abuela, escuchó un ruido extraño en el bosque. Siguiendo el sonido, encontró a un cazador atrapado en una red. "¡Ayuda! ¡Por favor, ayúdame!", gritó el cazador desesperadamente.

Caperucita corrió hacia él y rápidamente cortó las cuerdas que lo retenían. El cazador estaba muy agradecido y prometió no cazar más animales en ese bosque.

Mientras continuaba su camino hacia la casa de su abuela, Caperucita se encontró con un grupo de niños jugando cerca del río. Uno de ellos había caído al agua y estaba luchando por mantenerse a flote. Sin pensarlo dos veces, Caperucita saltó al agua y nadó hasta llegar al niño en peligro.

Lo sostuvo fuertemente y lo llevó hasta la orilla donde los otros niños esperaban ansiosos. La noticia sobre las buenas acciones de Caperucita se extendió rápidamente por todo el pueblo.

La gente comenzó a llamarla "Caperusita Lobo Abuela" debido a su amabilidad con todos los seres vivos del bosque. Desde ese día en adelante, Caperusita Lobo Abuela siempre estuvo dispuesta a ayudar a quienes lo necesitaban.

Su valentía e inquebrantable espíritu solidario inspiraron a todos los habitantes del pueblo para que también fueran amables con los demás. Y así continúa la historia de Caperusita Lobo Abuela, una niña que aprendió a mirar más allá de las apariencias y a siempre buscar maneras de hacer el bien en el mundo.

Dirección del Cuentito copiada!