La prueba de ciencias


Maca se despertó temprano esa mañana, su corazón latía fuerte en su pecho. Hoy tenía prueba de ciencias y no sabía nada.

Había intentado estudiar la noche anterior, pero todo lo que leyó parecía un idioma extraterrestre para ella. Mientras desayunaba con su familia, Maca trató de ocultar sus nervios. Pero su mamá notó algo extraño en ella y le preguntó:- ¿Estás bien, hija? - Sí, sí...

solo un poco nerviosa por la prueba de hoy -respondió Maca con voz temblorosa. - Tranquila, cariño. Lo importante es hacer lo mejor que puedas -dijo su papá dándole una palmada en el hombro. Maca asintió con la cabeza mientras se alistaba para ir a la escuela.

En el camino, pensaba en todas las cosas que podría haber hecho para prepararse mejor para la prueba: leer más libros de ciencia, prestar más atención en clase o pedirle ayuda a sus padres.

Cuando llegó al colegio, todos los estudiantes estaban hablando sobre la prueba. Algunos se sentían seguros y otros tan nerviosos como ella. La maestra de ciencias les entregó las hojas del examen y comenzaron a responder las preguntas.

Para sorpresa de Maca, algunas respuestas le resultaron fáciles de recordar gracias a los experimentos que había hecho en casa con su hermano menor. Pero cuando llegó a una pregunta difícil sobre el sistema solar, sintió cómo los nervios volvían a apoderarse de ella.

Miró hacia atrás buscando consuelo en su amigo Juanito quien le sonrió y le guiñó un ojo. Maca decidió respirar profundamente y concentrarse en la pregunta.

Cerró los ojos por unos segundos e intentó recordar lo que había visto en un documental sobre el espacio. De repente, algo hizo —"clic"  en su cabeza y supo la respuesta correcta. Terminada la prueba, Maca se sintió aliviada pero aún no sabía cómo había hecho para responder esa pregunta difícil.

Fue entonces cuando vio a Juanito acercarse a ella. - ¿Cómo te fue? -preguntó él con una sonrisa curiosa. - Creo que bien... pero hubo una pregunta muy difícil sobre el sistema solar que casi me hace llorar -confesó Maca.

- Ah, sí... yo también tuve problemas con esa. Pero después recordé un juego de mesa que tengo en casa sobre planetas y asteroides, y eso me ayudó a responderla -explicó Juanito encogiéndose de hombros.

De repente, Maca entendió lo que había pasado: todos tenemos diferentes formas de aprender y recordar información. Y aunque ella no había estudiado tanto como quería, su experiencia previa con experimentos caseros le dio una ventaja inesperada durante la prueba.

Esa tarde, cuando su maestra les entregó las notas de la prueba, Maca estaba nerviosa pero esperanzada.

Para su sorpresa, recibió una nota alta gracias a las preguntas fáciles y a aquella pregunta difícil que pudo responder gracias al recuerdo del juego de mesa de Juanito. Maca aprendió dos cosas importantes ese día: primero, nunca subestimes tus propias habilidades; segundo, siempre es bueno tener amigos inteligentes como Juanito que te pueden ayudar en momentos difíciles.

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