La Puerta de la Imaginación
Había una vez en un pequeño pueblo llamado "La Villa de los Niños", donde todos los niños eran muy creativos y soñadores. Ellos siempre se reunían después de la escuela para jugar juntos y contar sus historias más increíbles.
Un día, mientras jugaban en el parque, dos de ellos, Tomás y Sofía, descubrieron una puerta mágica escondida detrás de unos arbustos. Al principio se asustaron un poco, pero luego decidieron abrirla y ver qué había del otro lado.
"¡Mira! ¡Es un mundo completamente diferente!", exclamó Sofía emocionada. "¿Qué esperamos? ¡Vamos a explorarlo!" dijo Tomás aventurero.
Los dos niños cruzaron la puerta mágica y encontraron un lugar increíble lleno de colores brillantes, plantas gigantes y animales nunca antes vistos. Se quedaron maravillados con todo lo que veían a su alrededor. De repente, apareció un pequeño ser verde con alas que flotaba frente a ellos.
"¡Hola! Soy Zippy, el guardián del mundo mágico", dijo el ser verde sonriente. "¡Wow! ¿Eres real?" preguntó Sofía sorprendida. "Por supuesto que soy real", respondió Zippy divertido.
Zippy les explicó que este era el mundo de la imaginación y que podían crear cualquier cosa que quisieran con solo pensar en ello.
Los niños no podían creer lo genial que sonaba eso y empezaron a imaginar cosas increíbles: dragones volando por el cielo, flores gigantes bailando alrededor de ellos, y hasta una montaña de dulces. Pero luego, algo extraño sucedió. Sofía comenzó a sentirse triste y preocupada por no poder compartir esta experiencia con sus amigos en el mundo real.
"Zippy, ¿cómo podemos llevar todo esto a nuestro mundo?", preguntó Sofía con tristeza. "Eso es fácil", respondió Zippy. "Solo tienen que cerrar los ojos y pensar en cómo quieren que sea el mundo fuera de aquí".
Los niños siguieron las instrucciones de Zippy y cuando abrieron los ojos, se encontraron en su propio parque local con todos sus amigos esperándolos para jugar juntos.
Los niños estaban emocionados al ver que todo lo que habían imaginado había cobrado vida en el mundo real: un dragón gigante hecho de papel maché volaba por encima del parque, flores hechas de cartón decoraban las mesas del picnic, y una mesa llena de golosinas esperaba ser devorada.
Desde ese día, los niños aprendieron la importancia de la imaginación y cómo pueden usarla para crear cosas maravillosas en su propia vida. La puerta mágica sigue existiendo detrás de los arbustos del parque local pero solo unos pocos elegidos saben cómo encontrarla...
FIN.