La Puerta Dorada



Dante y Saturno eran dos hermanos muy curiosos y aventureros. Un día, mientras exploraban el bosque, encontraron una puerta mágica oculta entre los árboles.

La puerta tenía un extraño dibujo de la luna en ella, y parecía brillar con luz propia. - ¡Mira Saturno! -exclamó Dante emocionado-. ¡Es una puerta mágica! Saturno miró la puerta con asombro, pero también con cierto temor. - ¿Estás seguro de que debemos abrirla? -preguntó Saturno preocupado.

- Claro que sí -respondió Dante sin dudarlo-. No podemos dejar pasar esta oportunidad. Los dos hermanos empujaron juntos la pesada puerta, y para su sorpresa, se abrió fácilmente. Al pasar al otro lado, descubrieron un mundo completamente diferente al suyo.

Todo estaba hecho de cristal y las estrellas brillaban más fuerte que nunca. Los hermanos caminaron por este extraño lugar hasta que llegaron a un castillo impresionante hecho completamente de oro puro. - ¿Qué hacemos ahora? -preguntó Saturno nervioso-.

Este lugar parece peligroso. Pero Dante no tenía miedo. Él estaba decidido a explorar cada rincón del castillo dorado para encontrar algún tesoro escondido o hacer algún descubrimiento increíble.

Mientras recorrían el castillo, vieron muchas cosas maravillosas: habitaciones llenas de joyas preciosas, fuentes inmensas hechas de rubíes rojos como la sangre e incluso animales fantásticos como unicornios y grifos. Pero cuando llegaron a la última habitación, encontraron algo aún más sorprendente.

Había una mesa grande en el centro de la habitación con un libro abierto encima. - ¿Qué es esto? -preguntó Saturno asombrado. Dante leyó en voz alta el título del libro: "El Secreto de la Felicidad".

Los dos hermanos se miraron entre sí, emocionados por lo que habían encontrado. Comenzaron a leer juntos las páginas del libro, aprendiendo todo sobre cómo ser felices. Después de leer todo el libro, los hermanos se dieron cuenta de que no necesitaban buscar tesoros ni aventuras para ser felices.

Lo único que necesitaban era estar juntos y disfrutar cada momento juntos. Con esa nueva sabiduría en sus corazones, los dos hermanos regresaron a su hogar, prometiendo nunca olvidar lo que habían aprendido en aquel extraño castillo dorado.

Y así vivieron felices para siempre.

FIN.

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