La puerta dorada del Antiguo Egipto
Elsa y Ana eran dos hermanas que vivían en un reino muy lejano. Un día, mientras exploraban el bosque cercano a su hogar, encontraron una extraña puerta dorada.
- ¡Mira Elsa! ¿Qué crees que haya detrás de esa puerta? - preguntó Ana emocionada. - No lo sé Ana, pero parece muy antigua. Tal vez esconde algún secreto - respondió Elsa con curiosidad.
Sin pensarlo dos veces, las hermanas abrieron la puerta y se encontraron transportadas a otro tiempo y lugar: ¡El Antiguo Egipto! Allí fueron recibidas por los habitantes del lugar, quienes les explicaron que estaban en medio de una gran crisis: la cosecha había fallado y no tenían suficientes alimentos para todos.
Las hermanas decidieron ayudarlos y ofrecieron su ayuda para encontrar una solución. Después de mucho investigar, descubrieron que el problema era un gran río que se había secado por completo.
Así que idearon un plan para traer agua fresca al río mediante canales subterráneos. Pero no todo fue fácil: tuvieron que enfrentarse a peligrosos escorpiones e incluso a una serpiente gigante. Pero gracias al ingenio de las hermanas lograron superar cada obstáculo.
Finalmente lograron devolver el agua al río y la cosecha volvió a florecer en todo el reino. Los habitantes del Antiguo Egipto estaban muy agradecidos con ellas y les otorgaron los más grandes honores como muestra de gratitud.
- Nunca imaginé vivir algo así - dijo Ana asombrada - ¡Qué aventura tan emocionante! - Y lo mejor de todo es que pudimos ayudar a los demás - respondió Elsa con una sonrisa. Las hermanas regresaron a casa, felices y llenas de nuevas experiencias.
A partir de ese día, siempre recordarían su increíble aventura en el Antiguo Egipto y la importancia de ayudar a los demás.
FIN.