La puerta mágica bajo la lluvia


Había una vez un niño llamado Alex, que vivía en una pequeña casa junto a sus padres. Alex era un niño muy curioso y aventurero, siempre buscaba nuevas experiencias para aprender y divertirse.

Un día, mientras estaba lloviendo torrencialmente afuera, Alex se encontraba aburrido dentro de su casa. No podía jugar al aire libre como solía hacerlo. Miró por la ventana y vio que el patio estaba lleno de charcos de agua.

Alex se puso su impermeable amarillo brillante y salió corriendo hacia el jardín. En ese momento, apareció Bombi, su fiel perro negro con manchas blancas.

- ¡Vamos Bombi! - exclamó Alex emocionado - ¡A divertirnos bajo la lluvia! Bombi movió su cola con entusiasmo y comenzaron a saltar sobre los charcos. Se reían a carcajadas cada vez que sentían el agua salpicando sus piernas y patas. De repente, escucharon un ruido extraño proveniente del fondo del jardín.

Se acercaron lentamente para investigar y descubrieron una pequeña puerta oculta entre las plantas. - ¿Qué será esto? - preguntó Alex emocionado. Sin pensarlo dos veces, abrió la puerta y se encontró con un mundo mágico lleno de colores brillantes y criaturas fantásticas.

Era el País de las Maravillas bajo la lluvia. Alex y Bombi caminaron cautelosamente por aquel lugar mágico.

Vieron árboles gigantes que parecían tocar el cielo con sus ramas, flores que hablaban y animales que bailaban al son de la lluvia. De repente, un conejito blanco apareció corriendo frente a ellos. - ¡Siganme! - dijo el conejito mientras se adentraba en un bosque encantado. Alex y Bombi lo siguieron sin dudar.

A medida que avanzaban, se encontraron con diferentes desafíos y pruebas que debían superar. Saltaron sobre setas gigantes para cruzar ríos de agua cristalina, treparon por árboles resbaladizos y se balancearon en lianas mágicas.

Después de mucho esfuerzo y diversión, finalmente llegaron al castillo del Rey de las Maravillas. Allí los esperaba el rey con una sonrisa amable en su rostro. - ¡Bienvenidos aventureros! - exclamó el rey - Han demostrado ser valientes y perseverantes. Como recompensa por su coraje, les concederé un deseo.

Alex pensó por un momento y luego miró a Bombi. Quería compartir su deseo con su leal amigo animal.

- Mi deseo es que todos los niños puedan disfrutar de momentos mágicos como este bajo la lluvia - dijo Alex con convicción. El Rey de las Maravillas asintió con una sonrisa aún más grande en su rostro y accedió al pedido de Alex. De repente, todas las gotas de lluvia comenzaron a brillar como pequeñas luces multicolores.

Cuando Alex abrió los ojos nuevamente, estaba en su patio trasero junto a Bombi. La lluvia había cesado y el sol comenzaba a asomar tímidamente entre las nubes.

- ¡Vaya aventura, Bombi! - exclamó Alex emocionado - Espero que todos los niños puedan disfrutar de momentos mágicos bajo la lluvia como nosotros lo hicimos hoy. Desde ese día, cada vez que llovía, Alex y Bombi salían a jugar bajo la lluvia.

Compartían risas, saltos y diversión con otros niños del vecindario. Juntos descubrieron que incluso en los días más grises, siempre hay un poco de magia esperando ser encontrada.

Y así, Alex aprendió que no importa el clima o las circunstancias, siempre podemos encontrar alegría y maravillas en cada momento si estamos dispuestos a buscarlas. Y junto a su fiel amigo Bombi, vivieron muchas más aventuras llenas de risas y diversión bajo la lluvia.

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