La puerta mágica de los dinosaurios bailarines


Un día de verano, Ignacio y Valentina estaban en la casa de sus abuelos. Mientras Valentina estaba practicando sus pasos de baile en el jardín, Ignacio estaba jugando con sus dinosaurios en el piso del living.

De repente, un extraño ruido resonó por toda la casa. Los dos niños se miraron asustados. - ¿Qué fue eso? - preguntó Ignacio. - No lo sé, pero parece que viene del sótano - respondió Valentina. Los dos decidieron ir a investigar.

Al llegar al sótano, encontraron una puerta secreta detrás de unas cajas viejas. Sin pensarlo dos veces, decidieron abrirla y entrar.

Lo que encontraron dentro era increíble: un mundo mágico lleno de dinosaurios bailarines! Los dos niños no podían creer lo que veían. - ¡Mira Ignacio! ¡Hay un tiranosaurio haciendo breakdance! - exclamó Valentina emocionada. - Y ese velociraptor está haciendo ballet! - agregó Ignacio sorprendido.

Valentina y Ignacio se adentraron aún más en este mundo mágico y descubrieron que los dinosaurios eran muy amables y les enseñaron algunos movimientos nuevos para su próximo espectáculo de baile. Después de pasar horas bailando con los dinosaurios, los niños regresaron a la casa de sus abuelos cansados pero felices.

Habían aprendido que siempre hay algo nuevo para descubrir si tienes curiosidad e imaginación suficiente para encontrarlo.

Desde ese día en adelante, Ignacio siguió jugando con sus dinosaurios mientras imitaba los movimientos que había aprendido, y Valentina practicaba sus pasos de baile con más energía que nunca antes. Los dos niños se habían dado cuenta de que cualquier cosa es posible si te lo propones y tienes la valentía para explorar nuevos mundos.

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