La puerta mágica del Reino Encantado



cuenta de que la luz provenía de una pequeña puerta escondida entre las flores. Intrigados, Ana y Ernesto decidieron abrir la puerta y adentrarse en lo desconocido.

Al cruzar el umbral, se encontraron con un mundo mágico lleno de colores brillantes, criaturas fantásticas y paisajes hermosos. Un duende amistoso llamado Lúcumo los recibió y les explicó que habían llegado al Reino Encantado, un lugar donde los sueños se hacían realidad.

Lúcumo les contó sobre los diferentes lugares que podían visitar: el Bosque de las Mariposas, el Lago Esmeralda y la Montaña del Arcoíris. Ana y Ernesto estaban emocionados por explorar cada rincón de este increíble mundo.

Decidieron comenzar su aventura en el Bosque de las Mariposas, donde cientos de mariposas multicolores revoloteaban a su alrededor. Las mariposas eran tan hermosas que parecían bailar en el aire. Mientras caminaban por el bosque, Ana y Ernesto conocieron a una hada llamada Estrellita.

Estrellita tenía alas brillantes como el oro y les contó sobre los poderes mágicos que poseía cada mariposa del bosque. "- ¿Sabían que si deseamos algo con todo nuestro corazón mientras una mariposa nos rodea, ese deseo se hará realidad?", dijo Estrellita emocionada.

Ana y Ernesto no podían creerlo. Querían probar si eso era cierto así que cerraron sus ojos e hicieron un deseo muy fuerte mientras una mariposa volaba a su alrededor. Cuando abrieron los ojos, sus deseos se habían cumplido.

Ana tenía un hermoso libro de cuentos y Ernesto tenía una bicicleta nueva. Llenos de emoción, continuaron su aventura en el Lago Esmeralda.

Allí conocieron a un pez parlante llamado Nemo, quien les contó sobre la importancia de cuidar el medio ambiente y proteger la vida acuática. Ana y Ernesto prometieron ser más conscientes con el agua y enseñarle a otros niños cómo cuidar del planeta.

Finalmente, llegaron a la Montaña del Arcoíris donde encontraron al hada Iris. Iris les mostró cómo podían combinar los colores para crear obras de arte únicas y coloridas. Ana y Ernesto descubrieron su pasión por la pintura y decidieron compartir su talento con otros niños en su escuela.

Después de explorar cada rincón del Reino Encantado, Ana y Ernesto se despidieron de sus nuevos amigos mágicos. Regresaron a casa llenos de alegría y entusiasmo, sabiendo que habían aprendido lecciones importantes durante su aventura.

Cada vez que jugaban en el patio, recordaban todas las experiencias mágicas que vivieron en el Reino Encantado. Aprendieron a creer en sí mismos, a valorar la naturaleza y a compartir sus talentos con los demás.

Ana se convirtió en una gran escritora de cuentos infantiles e inspiró a muchos niños con sus historias llenas de magia. Mientras tanto, Ernesto se convirtió en un reconocido artista cuyas pinturas llenaban de alegría a todos aquellos que las veían.

Y así, gracias a su aventura en el Reino Encantado, Ana y Ernesto descubrieron que los sueños pueden hacerse realidad si crees en ti mismo y sigues tus pasiones.

FIN.

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