La Puerta Mágica y el Sapo Sabio
En un bosque lleno de árboles altos y flores brillantes, había una puerta vieja y polvorienta que estaba instalada entre dos enormes troncos. La puerta nunca se abría, y todos los animales del bosque la miraban con curiosidad, pero no se atrevían a acercarse. Sin embargo, había un sapo muy curioso llamado Tito, que siempre había sentido una fuerte atracción hacia ella.
Un día, después de tantas preguntas en su cabeza, Tito decidió acercarse.
-Tito: "Hola, puerta misteriosa. ¿Por qué estás aquí? ¿Qué hay detrás de ti?"
La puerta no respondió. Sin embargo, un soplo de viento hizo que chirriara un poco. Tito pensó que tal vez solo necesitaba un poco de compañía. Así que se sentó en una piedra frente a ella y la observó durante horas.
Pasó el día y Tito regresó a su hogar, pero no pudo dejar de pensar en la puerta. Al día siguiente, volvió a visitarla.
-Tito: "Si tan solo pudieras hablar, me encantaría saber tu historia."
Fue entonces que, para su sorpresa, la puerta comenzó a vibrar suavemente.
-Puerta: "¡Hola, pequeño sapo! Nunca antes nadie me había hablado así. Llevo cerrada muchos años, esperando a que alguien valiente se acerque."
Tito, emocionado, saltó de alegría.
-Tito: "¿Valiente? ¡Eso soy yo! Pero, ¿por qué estás cerrada?"
-Puerta: "Detrás de mí hay un mundo lleno de maravillas, pero solo aquellos con el corazón puro pueden cruzar."
Tito decidió que tenía que averiguarlo.
-Tito: "¿Cómo sé si tengo el corazón puro?"
-Puerta: "Para probarlo, debes ayudar a dos criaturas en el bosque. Solo así podrás abrirme."
Sin pensarlo dos veces, Tito se adentró en el bosque. Durante su paseo, escuchó el llanto de una pequeña ardilla atrapada en un arbusto.
-Tito: "¿Qué te pasa, amiga ardilla?"
-Ardilla: "No puedo salir de aquí. Mis patas están enredadas."
Con cuidado, Tito ayudó a la ardilla a liberarse.
-Ardilla: "¡Gracias, Tito! Eres muy amable."
Después de ayudar a la ardilla, Tito continuó su camino y encontró a un pájaro que no podía volar porque tenía una ala lastimada.
-Tito: "¿Necesitas ayuda?"
-Pájaro: "Sí, no puedo volver a mi nido."
Sin dudarlo, Tito se quedó a ayudar al pájaro a encontrar un lugar seguro para descansar.
-Pájaro: "Eres un sapo muy bueno. Gracias por tu ayuda."
Tito regresó a la puerta después de cumplir con su tarea, sintiéndose muy feliz.
-Tito: "He ayudado a dos criaturas del bosque, ¿puedes abrirme ahora?"
-Puerta: "¡Has demostrado ser valiente y generoso! Ahora puedes cruzar."
Con un suave chasquido, la puerta se abrió. Un resplandor brillante iluminó el lugar, y al otro lado, Tito pudo ver un mundo mágico lleno de colores y criaturas fantásticas.
-Tito: "¡Es hermoso!"
-Puerta: "Recuerda siempre que la bondad y la valentía pueden abrir puertas que nunca imaginaste. Nunca dejes de ayudar a los demás."
Tito sonrió mientras daba su primer salto hacia el mundo nuevo. Tenía un sinfín de aventuras por descubrir y muchas más criaturas a las que ayudar. La puerta, al ver que Tito había cruzado, se cerró con suavidad, pero esta vez no lo sentía como una despedida, sino como un nuevo comienzo.
Desde ese día, cada vez que alguien estaba en apuros, Tito estaba ahí para ayudar, y el bosque se convirtió en un lugar donde la amabilidad siempre prevalecía.
Y así, Tito el sapo, el que abrió la puerta a la bondad, vivió muchas aventuras en un mundo mágico donde la amistad y el valor florecían en cada rincón.
FIN.