La puerta secreta
Érase una vez, en un pequeño y tranquilo pueblo rodeado de montañas y ríos, un niño llamado Lucas. Lucas era curioso y aventurero, siempre explorando los rincones de su barrio. Un día, mientras jugaba en el bosque cercano, Lucas se topó con un gran árbol con un tronco muy ancho y nudoso. Al acercarse, notó algo brillante entre las hojas. Al limpiarlo, se dio cuenta de que era una pequeña puerta escondida en el tronco del árbol.
"¿Qué habrá detrás de esta puerta?", se preguntó Lucas emocionado.
Decidido a descubrirlo, empujó la puerta con cuidado y para su sorpresa, se abrió de par en par. Del otro lado, un destello de luz lo envolvió y, cuando la luz se desvaneció, Lucas se encontraba en un mundo mágico lleno de colores vibrantes y criaturas fantásticas.
"¡Hola!", gritó un pequeño dragón de escamas celestes que volaba alrededor de él.
"Soy Flix. ¿Eres nuevo aquí?".
"Sí, soy Lucas. ¿Dónde estoy?".
"¡Estás en el Reino de Fantasía! Aquí todo es posible, pero también enfrentamos desafíos. ¡Ven!".
Flix llevó a Lucas a conocer a sus amigos: una valiente princesa guerrera llamada Aria, un sabio búho llamado Tilo y un astuto zorro llamado Zuri. Mientras jugaban y reían juntos, Aria les contó sobre una misión que necesitaban cumplir.
"Hay un árbol mágico en el corazón de nuestro reino que está perdiendo su luz. Sin esa luz, nuestro mundo se marchitará. Necesitamos encontrar el Cristal de Esperanza que lo protege. Sin embargo, se encuentra en la Torre Oscura, custodiada por el Malvado Serpentín.".
Todos se miraron preocupados, pero Lucas sintió que tenía que ayudar.
"¡Yo también quiero ayudar!".
Así que los nuevos amigos formaron un equipo y partieron hacia la Torre Oscura. En el camino, enfrentaron varios obstáculos, como un río caudaloso que debían cruzar.
"No podemos nadar.“, dijo Zuri.
"Podemos construir una balsa con ramas y hojas", propuso Tilo, utilizando su sabiduría.
Mientras trabajaban juntos, Lucas demostró su habilidad para unir las piezas, y ayudaron a construir una balsa firme y resistente. Con esfuerzo, lograron cruzar el río.
Más adelante, se encontraron con un campo de flores espinosas.
"¿Qué hacemos ahora?", preguntó Aria.
"¡Debemos pensar y planear!", dijo Lucas.
"Podríamos usar mi magia para hacer que las espinas se conviertan en flores suaves", agregó Flix entusiasmado.
Juntos, y tras varios intentos, Flix utilizó su magia y lograron atravesar el campo de espinas. Finalmente, llegaron a la Torre Oscura. Delante de ellos, la puerta era enorme y aterradora, y tras ella se escuchaba un rugido.
"Yo voy primero", ofreció Zuri, temeroso pero decidido.
"No, vamos juntos", dijo Lucas con confianza. Su coraje contagió a sus amigos.
Entraron en la torre y se encontraron con Serpentín, un dragón enorme y malvado que custodiaba el Cristal de Esperanza.
"¿Quiénes se atreven a entrar en mi dominio?", bramó Serpentín.
"Venimos a recuperar el Cristal de Esperanza", respondió Aria, con firmeza.
"¡Nunca lo tendrán!".
La batalla comenzó. Serpentín lanzó fuego y los amigos, uniendo sus habilidades y valentía, se defendieron. Zuri distrajo al dragón, Tilo le lanzó una estrategia para confundirlo, Flix voló rápido, y Lucas encontró el valor para enfrentarse a Serpentín.
"¡No queremos pelear! Solo queremos que el reino brille nuevamente", gritó Lucas.
Las palabras de Lucas resonaron. El dragón, sorprendido, se detuvo.
"¿Por qué no, entonces, lo intentan de otra forma?".
"Podemos hacer un trato. Si me demuestran que tienen buena voluntad, les dejaré el Cristal. Pero debes enfrentarte a tu propia oscuridad primero", dijo Serpentín.
Lucas comprendió que Serpentín había estado solo durante mucho tiempo.
"¡Nosotros queremos ser amigos!", sugirió.
Así, comenzaron a hablar, y Lucas les mostró cómo la amistad y la confianza pueden desmantelar incluso a los oponentes más formidables. Gradualmente, Serpentín se convirtió en un aliado, y al final, les entregó el Cristal de Esperanza.
"El amor y la amistad son más poderosos que el miedo y la soledad", dijo Serpentín.
Regresaron al árbol mágico. Con el Cristal, la luz volvió a brillar, llenando el Reino de Fantasía de colores vibrantes. Lucas, ahora lleno de confianza y con nuevos amigos, se despidió de ellos, prometiendo regresar.
"No olvides, Lucas, siempre que necesite un amigo, estaré aquí", dijo Flix mientras la puerta se cerraba.
Lucas volvió al bosque, con el corazón lleno de alegría y una lección: la verdadera magia reside en la amistad y el valor para enfrentar desafíos juntos. Y así, cada vez que pasaba cerca del árbol, sonreía sabiendo que la puerta secreta siempre lo esperaría para nuevas aventuras.
FIN.