La pulga aventurera



Había una vez en un pequeño pueblo, una pulga llamada Pimpinela. Pimpinela no era una pulga común, era curiosa y soñaba con aventuras más allá de su hogar en el perro Don Goyo. Un día, mientras Don Goyo paseaba por la montaña, Pimpinela decidió explorar el mundo exterior. - '¡Hasta luego, Don Goyo! Voy a descubrir el mundo', exclamó Pimpinela emocionada. Con un salto, se despidió del perro y emprendió su nueva aventura.

Pimpinela saltaba de un lugar a otro, observando las maravillas que la montaña tenía para ofrecer. Sin embargo, pronto se encontró con un pequeño problema. Una hendidura se extendía ante ella, separándola de su anhelado destino. Determinada a continuar, Pimpinela recordó las palabras de su abuelita: 'No importa cuán grande sea el obstáculo, siempre hay una manera de superarlo'. Con valentía, saltó con todas sus fuerzas y logró llegar al otro lado.

Después de superar la montaña, Pimpinela divisó a lo lejos el resplandeciente mar. Sin pensarlo dos veces, se dirigió hacia la costa. Al llegar a la playa, se encontró con una situación inesperada. Una familia de cangrejos estaba en problemas, atrapada en las redes de unos pescadores descuidados. Pimpinela sabía que tenía que ayudarlos. Con ingenio, logró liberar a los cangrejos y les enseñó a construir un refugio seguro lejos de las redes.

A lo largo de su travesía, Pimpinela aprendió que, a pesar de ser pequeña, tenía el poder de marcar una gran diferencia en el mundo. Después de vivir tantas emocionantes experiencias, decidió regresar a Don Goyo, con un corazón lleno de valiosas lecciones y recuerdos inolvidables.

Desde ese día, Pimpinela se convirtió en la pulga más querida y respetada del pueblo. Siempre les contaba a los demás animales sobre sus aventuras y los inspiraba a ser valientes y solidarios. Y así, la valiente pulga demostró que, sin importar lo pequeño que uno sea, siempre se puede lograr grandes cosas con determinación, valentía y bondad.

FIN.

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