La Rana Bailarina que Quería Danzar
Había una vez, en un tranquilo estanque rodeado de altos juncos y brillantes flores, una pequeña rana llamada Rita. Desde que era muy pequeña, Rita soñaba con bailar. Cuando miraba al cielo estrellado por la noche, imaginaba que su cuerpo ligero se movía como el viento. Sin embargo, había un pequeño problema: Rita nunca había visto a nadie bailar, ya que en su hogar, los animales preferían croar o saltar, pero no danzar.
Un día, mientras exploraba el campo, Rita escuchó un bello sonido que provenía de un claro no muy lejos del estanque. Al acercarse, vio una escena maravillosa: un grupo de mariposas doradas moviéndose en el aire, luciendo como si danzaran al ritmo de una melodía. Rita quedó maravillada y decidió que ella también quería bailar.
"¿Cómo hacen para mover sus alas así?", se preguntó Rita, mientras observaba con atención.
Después de un rato, una mariposa se dio cuenta de que la rana la miraba con admiración y se le acercó.
"Hola, pequeña rana. ¿Te gustaría bailar con nosotras?", preguntó la mariposa.
"¡Me encantaría!", exclamó Rita con entusiasmo.
Sin embargo, al intentarlo, sus saltos la hacían caer y tropezar.
"Creo que necesito más práctica", dijo Rita, un poco desanimada.
"No te preocupes, todos empezamos siendo novatos. Ven, te enseñaremos a moverte al ritmo de la música del aire", le respondió la mariposa con una sonrisa.
Así, Rita comenzó a aprender. A las mariposas les encantó su empeño y la ayudaron a encontrar diferentes formas de mover su cuerpo. Practicaban cada día. Rita se reía de sus saltos torpes, y poco a poco, sus movimientos se volvieron más coordinados.
Pero, un día, mientras estaban en el claro, un gran sapo llamado Sebastián se acercó y dijo:
"¿Por qué se esfuerzan tanto? Las ranas no están hechas para bailar, están hechas para saltar y croar. Eso es lo que se espera de ustedes."
Rita sintió que un frío atravesaba su corazón. ¿De verdad solo podía ser una rana que salta?"Pero yo quiero bailar. Es mi sueño", respondió con tímidez.
"¿Cuál es el sentido de soñar con esas tonterías? Lo mejor es ser como todos los demás", dijo Sebastián y se alejó.
Afortunadamente, las mariposas no se dejaron intimidar.
"No hagas caso, Rita. Cada uno tiene derecho a seguir sus sueños. Si no lo intentas, nunca sabrás qué puedes lograr", le animó una mariposa con alas brillantes.
Rita pensó en lo que le habían dicho y decidió perserverar. Cada día ensayaban juntas y la rana pronto se sintió más segura. Realmente quería bailar, y, aunque extrañaba la seguridad de estar con otras ranas, entender su amor por el baile la hacía más feliz que nunca.
El tiempo pasó y se acercaba el gran festival del estanque, donde todos los animales mostraban sus talentos. Las mariposas pensaron que era el momento perfecto para que Rita mostrara su baile. Mientras las otras ranas croaban y saltaban, Rita se preparó con nerviosismo.
"No puedo fallar. Tengo que hacer que mis sueños se hagan realidad", se decía mientras respiraba hondo.
Cuando llegó su turno, los ojos de todos estaban sobre ella. Algunos animales reían, otros se burlaban. Pero Rita sonrió, cerró los ojos y pensó en la melodía del aire que la había inspirado desde el principio. En ese momento, empezó a moverse. Sus movimientos eran únicos y hermosos, y alzaba los brazos como si flotara.
La magia cautivó a los presentes. Todos comenzaron a aplaudir y, poco a poco, el silencio se convirtió en una ovación resonante. Cuando Rita finalizó su actuación, estaba llena de una felicidad intensa.
"¡Bravo!", gritaron las mariposas. Y, de repente, Sebastián se acercó, con una mirada diferente.
"Nunca pensé que una rana pudiera bailar así. Estuviste increíble, Rita", dijo, claramente sorprendido.
Rita sonrió, pero lo más grande de todo había sido animarse a seguir su propio sueño. Desde ese día, dejó de creer que debía conformarse con lo que los demás esperaban de ella. Y las otras ranas también comenzaron a explorar otros talentos, inspiradas por el valor de Rita.
"Pueden ser todo lo que deseen", susurró la mariposa a Rita, con orgullo.
El estanque se llenó de risas y danzas, y Rita se convirtió en una gran estrella del baile, mostrando a todos que seguir los sueños es lo más bello que se puede hacer, sin importar lo que digan los demás.
FIN.