La rana Mariana y su canción especial



Había una vez en el tranquilo bosque de Lirion, una rana llamada Mariana. Mariana era una rana diferente, le encantaba cantar. Desde que era pequeña, pasaba horas entre las hojas verdes y las aguas cristalinas entonando melodías que alegraban a todos los animales del bosque. Pero, a pesar de su gran amor por la música, Mariana ocultaba un profundo sentimiento de tristeza debido a la falta de apoyo de su mamá. - Mamá, quiero ser cantante - le dijo Mariana un día con entusiasmo. - ¡Cantante no, eso no te llevará a ningún lado! - respondió su mamá con desaprobación. Esto hizo que Mariana se sintiera muy triste y desilusionada, y comenzó a odiar a su mamá por no permitirle hacer lo que más le gustaba. La tristeza la acompañó durante mucho tiempo, pero Mariana no dejó de cantar.

Un día, el bosque de Lirion fue invitado a un gran concurso de talentos en el que todos los animales mostrarían sus habilidades. Mariana estaba emocionada y decidió inscribirse en el concurso. Sin embargo, temía la reacción de su mamá, quien siempre desaprobaba su amor por la música. Cuando le contó a su mamá sobre su decisión, esta se mostró furiosa. - No pienso permitir que hagas el ridículo frente a todos los animales del bosque. ¡No irás a ese concurso, Mariana! - le gritó su mamá. Mariana, decepcionada, soportó todas las duras palabras de su mamá y decidió ir al concurso de todas formas.

El día del concurso llegó, y los animales del bosque estaban reunidos para presenciar las actuaciones. Mariana, con miedo pero determinación, saltó al escenario y comenzó a cantar. Sus melodiosas notas recorrieron cada rincón del bosque y todos quedaron maravillados con su hermosa voz. A mitad de la canción, su mamá, quien se había mantenido alejada, se acercó al escenario. - ¡Mariana! - exclamó su mamá con lágrimas en los ojos. - ¡Eres increíble! Perdóname por no haber creído en ti y haber estado ciega ante tu felicidad. Eres una cantante maravillosa. Mariana, con lágrimas de emoción, abrazó a su mamá.

Desde ese día, Mariana siguió cantando y su mamá la apoyó en cada paso de su carrera. Aprendieron juntas que la verdadera felicidad radica en apoyar los sueños y pasiones de quienes amamos, y que el perdón y el amor siempre abren puertas hacia un futuro brillante.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!