La rana que quería llegar a la luna
En un lago rodeado de altas montañas, vivía una rana llamada Renata. A diferencia de las demás ranas, Renata siempre había soñado con alcanzar la luna.
Un día, mientras contemplaba el brillo plateado en el cielo, un sapo sabio llamado Sebastián se acercó a ella. "Renata, ¿qué te hace mirar siempre a la luna con tanto anhelo?" - le preguntó el sabio Sebastián.
Renata le contó su deseo de llegar hasta la luna, a lo que Sebastián respondió con una sonrisa: "Si realmente quieres lograrlo, debes buscar la ayuda de la Tortuga Astronauta". Renata se emocionó al escuchar sobre la Tortuga Astronauta, quien se decía que tenía un plan para llegar a la luna.
Empezó su búsqueda, recorriendo el bosque y preguntando a todos los animales si conocían a la Tortuga Astronauta. Después de días de búsqueda, conoció a Timoteo, un búho sabio que conocía el camino hacia donde se encontraba la Tortuga.
Con las indicaciones de Timoteo, Renata buscó a la Tortuga Astronauta y, finalmente, la encontró en lo más profundo del bosque.
La Tortuga explicó que tenía un artefacto especial que la ayudaría a impulsarse hacia la luna, pero que necesitaba de algún ser pequeño y valiente para pilotarlo. Renata, emocionada, se ofreció para llevar a cabo la misión. Juntos, la Tortuga Astronauta y Renata trabajaron arduamente para preparar el artefacto espacial.
Llegó el día del lanzamiento, y la rana Renata se adentró en el artefacto con la esperanza de cumplir su sueño. ¡El cohete despegó con un estruendo y Renata se elevó por encima del lago y las montañas! En medio de su viaje, enfrentó grandes desafíos, como tormentas espaciales y asteroides, pero nunca perdió la esperanza.
Finalmente, llegó a la luna. Flotando en la ingravidez lunar, Renata saltó de alegría y contempló la Tierra desde lo alto. Con lágrimas de felicidad, se dio cuenta de que había logrado su sueño.
Regresó a la Tierra como una heroína, compartiendo su increíble viaje con todos los habitantes del lago. Desde entonces, Renata inspiró a muchos animales a perseguir sus sueños, demostrando que con valentía y determinación, no hay límites para lo que se puede lograr.
FIN.