La rana que quería trepar un árbol


Había una vez en el bosque una rana llamada Renata. Desde que era una renacuaja, Renata soñaba con trepar a lo más alto de un árbol.

Se pasaba horas mirando con envidia a las ardillas y a los pájaros que lo lograban con tanta facilidad. "¡Ay, cómo me gustaría poder subir a lo alto de ese árbol!" -suspiraba Renata cada vez que veía a algún animal subiendo por el tronco.

Un día, decidida a hacer realidad su sueño, Renata se acercó al árbol más alto del bosque y comenzó a intentar escalarlo. Con todas sus fuerzas y con un gran impulso, saltaba una y otra vez tratando de aferrarse a la corteza, pero siempre caía al suelo.

Desanimada, se sentó al pie del árbol y comenzó a llorar. En ese momento, apareció Teo el búho, quien había estado observando a Renata. "¿Por qué estás tan triste, Renata?" -preguntó Teo con voz suave.

"Es que desde pequeña he soñado con trepar este árbol, pero por más que lo intento no puedo lograrlo" -respondió Renata entre sollozos. "Quizás estás enfocándote en trepar de la manera equivocada.

Cada animal tiene sus propias habilidades, y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Tal vez necesitas encontrar tu propia manera de subir a este árbol" -aconsejó Teo. Impulsada por las palabras de Teo, Renata se puso de pie y comenzó a observar detenidamente el árbol. De repente, tuvo una brillante idea.

En lugar de tratar de escalar, Renata decidió saltar de rama en rama utilizando su agilidad y su habilidad para calcular distancias. Con cada salto, se sentía más cerca de la cima.

Finalmente, luego de varios intentos, Renata alcanzó la copa del árbol. ¡Lo había logrado! Desde lo alto, Renata observó maravillada el paisaje y se sintió llena de alegría.

A partir de ese día, Renata se convirtió en la rana que sabía trepar árboles, y enseñó a otros animales que cada uno puede encontrar su propio camino para alcanzar sus sueños, solo hace falta perseverancia y creatividad.

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