La Rana Valiente
Había una vez, en un hermoso estanque lleno de lirios y renacuajos, una pequeña rana llamada Rita. Rita era diferente a las demás ranas: le faltaba una pata. Aunque esto la hacía ver un poco rara, tenía un gran sueño. Rita soñaba con ser bailarina y dar una actuación maravillosa para todos sus amigos del estanque.
A día de hoy, todo el mundo del estanque estaba emocionado por la gran competencia de danza que se celebraría en una semana. Todas las ranas estaban practicando, haciendo piruetas y saltos. Rita miraba desde su lugar, sintiéndose triste porque pensaba que no podría participar.
Un día, mientras los demás practicaban, Rita decidió acercarse a la orilla y contemplar sus reflejos. "¿Por qué no puedo bailar como los demás?"- se preguntó. Sintió que sus sueños se desvanecían.
Pero de repente, una rana anciana que se asoleaba cerca escuchó el susurro de Rita. "¿Qué te pasa, pequeña?"- preguntó la anciana rana.
"Quiero bailar, pero me falta una pata y no creo que pueda hacerlo como los demás"- respondió Rita con tristeza.
La anciana rana sonrió con sabiduría. "Querida Rita, la danza no se trata solo de las patas, se trata de la pasión en el corazón. Si realmente deseas bailar, puedes encontrar una manera de hacerlo."
Motivada por sus palabras, Rita comenzó a pensar en cómo podría bailar. En lugar de saltar, decidió que podría girar y deslizarse. Comenzó a practicar con los lirios y las hojas caídas.
Día tras día, Rita se esforzaba, improvisando movimientos distintos. El día de la competencia llegó, y todas las ranas estaban listas para mostrar sus mejores pasos. Rita, nerviosa pero decidida, se acercó al centro del estanque.
Al ver a Rita, las otras ranas comenzaron a murmurar. "¿Cómo puede bailar si no puede saltar?"- decían.
Pero Rita no se dejó llevar por los comentarios. Con música en su corazón, comenzó a girar. Su cuerpo se movía con gracia, deslizándose sobre el agua como si flotara. La audiencia la miraba atónita; nunca habían visto algo así.
"¡Mirá cómo se mueve! ¡Es diferente pero hermoso!"- exclamó una de las ranas. Sus palabras hicieron que otros empezaran a aplaudir.
Rita sintió que su confianza crecía. Con cada giro y cada desliz, se olvidó de sus limitaciones y comenzó a disfrutar del momento. La música se fue intensificando, y Rita siguió bailando, dando lo mejor de sí misma.
Cuando terminó su actuación, el estanque estalló en aplausos. Las ranas comenzaron a gritar. "¡Bravo, Rita! ¡Eres increíble!"-
Incluso el jurado quedó sorprendido. La anciana rana, que había observado todo, sonrió orgullosa. "Ves, pequeña, no importa lo que te falte; tu espíritu y talento brillaron más que cualquier salto."
Al final, Rita no solo ganó el primer lugar en la competencia, sino que también dejó una gran lección sobre la perseverancia y la autenticidad. Desde ese día, la rana que no tenía una pata se convirtió en un símbolo de coraje y creatividad en el estanque, inspirando a otros a seguir sus propios sueños, sin importar los obstáculos.
Y así, Rita, la rana valiente, bailó feliz todos los días, demostrando que lo importante no es lo que te falta, sino lo que tienes dentro de tu corazón. Siempre habrá un lugar especial para quienes se atreven a soñar y a luchar por sus pasiones.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.