La ranita puntitos y la familia de patitos perdidos



Había una vez en un hermoso bosque, un estanque cristalino donde vivía la ranita puntitos. Ella era muy alegre y curiosa, siempre explorando cada rincón de su hogar acuático.

La ranita puntitos tenía muchos amigos: el pez dorado Brillante, la libélula Iris y el sapito Saltarín. Un día, mientras la ranita puntitos daba saltitos por las hojas flotantes en el estanque, escuchó un ruido extraño proveniente del otro lado del bosque.

Curiosa como era, decidió ir a investigar junto con sus amigos. Al llegar al lugar, descubrieron que se trataba de una familia de patitos que se habían perdido. "¡Hola! ¿Necesitan ayuda?", preguntó la ranita puntitos con amabilidad.

Los patitos miraron a los nuevos amigos con esperanza en sus ojitos llorosos y asintieron. "Estamos perdidos y no sabemos cómo regresar al lago donde vive nuestra familia", dijo uno de los patitos con tristeza.

La ranita puntitos sonrió y les dijo: "No se preocupen, nosotros los ayudaremos a encontrar el camino de regreso". Así comenzó una emocionante aventura por el bosque.

La libélula Iris sobrevolaba los árboles para buscar referencias, el pez dorado Brillante nadaba en arroyos buscando pistas y el sapito Saltarín saltaba entre las piedras marcando el camino. Después de recorrer senderos desconocidos y superar obstáculos juntos, finalmente llegaron al lago donde la familia de patos los esperaba con alegría.

Los patitos corrieron hacia sus padres entre graznidos felices y abrazos llenos de gratitud. La mamá pata miró a la ranita puntitos y sus amigos con lágrimas en los ojos y les dijo: "Gracias por traer de vuelta a nuestros pequeños sanos y salvos. Son verdaderos héroes".

La ranita puntitos sonrió modestamente y respondió: "Solo estábamos haciendo lo correcto ayudando a quienes lo necesitaban". Desde ese día, la fama de la ranita puntitos y sus amigos se extendió por todo el bosque.

Todos admiraban su valentía, solidaridad y trabajo en equipo para ayudar a otros seres vivientes. Aprendieron que juntos podían lograr grandes cosas si trabajaban unidos.

Y así, la ranita puntitos demostró que no importa cuán pequeño seas ni cuántas manchas tengas; lo importante es tener un corazón valiente dispuesto a ayudar a quien lo necesite. Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero su mensaje de bondad quedará grabado para siempre en aquel bello bosque encantado.

FIN.

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