La Ranita Sabanera y las Estrellas de Páramo



En un lugar mágico, donde las estrellas de páramo brillaban como diamantes en el suelo, vivía la ranita sabanera, que adoraba jugar con sus amigos: la garceta azul, el camaleón de páramo y el sapo del obispo.

Cada tarde se reunían para divertirse y explorar la belleza natural que los rodeaba.

Un día, mientras jugaban cerca de las estrellas de páramo, la ranita propuso un emocionante desafío: —¿Qué les parece si cada uno de nosotros busca una estrella de páramo diferente y la comparte con los demás? —Todos estuvieron de acuerdo, emocionados por la idea. La ranita sabanera saltó ágilmente entre los arbustos y encontró una estrella de páramo resplandeciente.

La garceta azul, con su pico afilado, descubrió otra entre las ramas. El camaleón de páramo, con sus ojos curiosos, halló una tercera cerca de un arroyo. Y el sapo del obispo, con su lengua larga, alcanzó una cuarta estrella escondida en un jardín.

Contentos con sus hallazgos, regresaron al lugar de encuentro y compartieron sus tesoros. Al verse rodeados de las brillantes estrellas de páramo, comprendieron que cada una era única y especial a su manera, al igual que ellos.

Llenos de alegría, decidieron construir un jardín especial para preservar y cuidar las estrellas de páramo, convirtiéndolo en un lugar donde todos los habitantes de la naturaleza pudieran admirar su esplendor.

Desde ese día, la ranita sabanera y sus amigos disfrutaron de nuevos juegos y aventuras bajo el resplandor de las estrellas de páramo, recordando siempre la importancia de valorar y proteger la belleza natural que los rodeaba.

FIN.

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