La Ratita Presumida y el Valor de la Amistad



Había una vez, en un rincón de un frondoso bosque, una ratita muy presumida que vivía en una acogedora casita de hojas y flores. La ratita se llamaba Rita y pasaba el día peinándose y mirando su reflejo en el agua de un charco. Ella siempre decía:

"¡Soy la ratita más linda de todo el bosque!"

Un día, mientras Rita admiraba su reflejo, escuchó un bullicio detrás de un arbusto. Intrigada, se acercó y encontró un grupo de animales discutiendo. Era un ratón llamado Ramón, una ardilla llamada Sofía y un pato llamado Pablo.

"¿Qué pasa aquí?" - preguntó Rita.

"Estamos tratando de decidir quién será el rey del bosque este año, pero no podemos ponernos de acuerdo" - suspiró Ramón.

Rita, emocionada por la idea de ser reconocida, interrumpió.

"¡Yo podría ser la reina del bosque! Soy la más linda y podría serlo."

Los animales se rieron entre ellos.

"La belleza no es lo más importante, Rita. Ser rey o reina se trata de valor y amistad" - dijo Sofía.

Rita, herida por la respuesta, decidió demostrarles que su belleza era suficiente. Y así, comenzó a hacer campaña por su coronación. Para llamar la atención, armó un gran espectáculo en la plaza del bosque e invitó a todos los animales.

El día del espectáculo, Rita apareció con un vestido brillante y un enorme lazo en la cabeza. Ella danzó y cantó, y todos aplaudieron, pero cuando terminó, nadie la eligió como reina. En cambio, Ramón los sorprendió al mostrar su valentía al rescatar a una pequeña rana que se había caído en un pozo.

"¡No puede ser!" - gritó Rita, sorprendida. Ella había esperado ser la elegida solo por su apariencia.

Esa noche, triste por no haber sido coronada, Rita se sentó sola en su casa. Reflexionó sobre las palabras de Sofía.

"Tal vez la belleza no lo es todo..." - murmuró.

Al día siguiente, decidió salir a ayudar a sus amigos en lugar de seguir buscando más admiración. Se unió a Ramón, Sofía y Pablo en su búsqueda de comida. Juntos encontraron nueces, semillas y hojas frescas. Rita, participando activamente, se dio cuenta de que disfrutaba de la compañía y la risa de sus amigos.

"¡Esto es realmente divertido!" - exclamó mientras ayudaba a Ramón a llevar una nuez grande.

Los días pasaron y Rita comenzó a cambiar su actitud. Se convirtió en una amiga más solidaria y comenzó a escuchar a los demás. Poco a poco, los animales del bosque comenzaron a admirar su corazón amable y su disposición para ayudar.

Finalmente, llegó el día del festival del bosque. Los animales decidieron elegir a su reina nuevamente, pero esta vez basándose en la bondad y la amistad. Todos se reunieron en la plaza y, al final del día, levantaron a Rita en sus patas, gritando:

"¡Nuestra reina es Rita, la ratita que aprendió a ser solidaria!"

Rita se sintió feliz, pero esta vez no por su apariencia, sino por haber sido elegida por el valor que había encontrado en su corazón.

"Gracias, amigos. Prometo usar mi corona para ayudar a los demás siempre que pueda" - dijo emocionada.

Y así, la ratita presumida se convirtió en la reina del bosque, no por su belleza, sino por su gran corazón y la amistad que había cultivado. Desde entonces, todos aprendieron que los verdaderos valores no se encuentran en el exterior, sino en cómo tratamos a los demás. Y Rita vivió llena de amor y amistad, siempre dispuesta a ayudar a sus amigos y dejando atrás su vanidad.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado, pero la historia de la ratita presumida y su valor por la verdadera amistad, ¡nunca se olvidará!

FIN.

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