La rebelión de Arbolito



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Arbolito, una niña llamada Catalella. A Catalella le encantaba hablar de Dios y compartir su amor por la naturaleza con todos a su alrededor.

Sin embargo, los governate del pueblo no estaban de acuerdo con las ideas de Catalella y querían oprimir sus creencias. Un día, mientras paseaba por el bosque cerca de su casa, Catalella decidió predicar a los árboles y a los animalitos que vivían allí.

Les hablaba sobre el amor incondicional de Dios y cómo podían encontrar paz en medio de la naturaleza. Sus amigos del bosque la escuchaban atentamente y se sentían reconfortados por sus palabras.

Pero pronto, el gobierno del pueblo empezó a buscar a todos los creyentes de Jesús, incluyendo a Catalella y a sus amigos del bosque. La persecución se intensificó y parecía que no había lugar seguro para ellos en Arbolito.

"Tenemos que encontrar una solución", dijo Catalella preocupada a sus amigos del bosque. "No podemos permitir que nos silencien". Los amigos animales de Catalella se miraron unos a otros con determinación en sus ojos.

Sabían que debían proteger a Catalella y encontrar una manera de detener la opresión del gobierno. Una noche, mientras todos dormían bajo las estrellas, algo increíble sucedió. Los amigos del bosque comenzaron a crecer de manera extraordinaria, volviéndose más grandes y poderosos que nunca antes habían sido.

Los árboles se alzaban imponentes hacia el cielo, los pájaros volaban con mayor libertad y los animales corrían más rápido que nunca. "¡Es increíble!", exclamó Catalella maravillada por lo que veía.

Los amigos del bosque se unieron para formar un escudo protector alrededor de Catalella, impidiendo que el gobierno pudiera acercarse a ella o hacerle daño. Con la ayuda de sus nuevos aliados gigantes, Catalella continuó predicando sobre el amor y la bondad de Dios en todo Arbolito.

Su valentía inspiró a muchos otros habitantes del pueblo a levantarse contra la opresión y luchar por la libertad de expresión. Al final, el gobierno comprendió que no podía callar las voces honestas e inspiradoras como la de Catalella.

Aprendieron a respetar las diferentes creencias y permitieron que cada persona tuviera derecho a expresarse libremente sin temor.

Y así, gracias al coraje y determinación de una niña llamada Catalella y sus amigos extraordinarios del bosque, Arbolito se convirtió en un lugar donde reinaran la tolerancia, el respeto mutuo y sobre todo, el amor incondicional hacia todos los seres vivos. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero seguirá vivo en nuestros corazones para siempre jamás.

FIN.

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