La Reconciliación de Norma y Laura



Había una vez en un pequeño barrio de la ciudad, dos grandes amigas: Norma y Laura. Pasaban juntas la mayoría de sus días, jugando en el parque, compartiendo secretos y riendo hasta que el sol se escondía. Pero un día, algo cambió.

Norma había decidido inscribirse en un club de teatro en la escuela, y para su sorpresa, Laura no estaba muy contenta con esa idea. El día del casting, Laura se presentó sin avisar, porque también quería ser parte del mismo club. Cuando Norma vio a Laura en el lugar, su alegría se convirtió en sorpresa.

"¿Qué haces aquí, Laura? Te olvidaste de que había confirmando que iba a participar en el club, ¿no?" - preguntó Norma, un poco confundida.

"No, yo no me olvidé. Solo que pensé que sería divertido hacerlo juntas. Eras siempre tú quien decías que querías ser actriz, así que pensé que yo también podría probar" - respondió Laura, con una mirada herida.

Norma sintió que su amigo estaba tratando de robarle su sueño.

"Pero yo tenía planes, Laura. No sabes cuánto tiempo estuve preparándome para esto" - dijo Norma, frustrada.

La tensión aumentó entre las dos amigas. Laura decidió no dejarse influenciar y se presentó al casting. Cuando ambas se enteraron de que solo seleccionaron a una persona para el club, la situación se tornó aún más complicada.

"¿Ves? ¡Esto era lo que quería evitar! Si no hubieses venido, yo estaría en el club ahora" - reclamó Norma, mientras su voz temblaba de enojo.

"Pero yo solo quise compartir algo que también me gustaba. No lo hice para arruinar tus planes" - se defendió Laura.

Después de esa discusión, las dos amigas decidieron no hablarse más. Cada una continuó con su vida, pero extrañaban las risas y las aventuras que solían compartir. Sin embargo, el descontento seguía en el aire.

Días después, Norma se enteró que Laura había sido seleccionada por su talento natural para el teatro. Al principio, se sintió celosa, pero más que eso, se sintió triste por no poder compartir ese momento con su amiga. Así que un día decidió asistir a la obra donde Laura sería la protagonista. Cuando Norma llegó al teatro, notó cómo Laura brillaba en el escenario.

Al término de la función, Norma la esperó detrás del telón.

"¡Laura! Tuviste un rendimiento increíble. Estoy muy orgullosa de vos" - exclamó Norma, con una sonrisa sincera.

"Gracias, Norma. Pero te extraño..." - respondió Laura, sintiendo que se necesitaban mutuamente.

Las dos se miraron a los ojos y comenzaron a recordar viejos momentos. Justo en ese instante, se dieron cuenta de lo que realmente importaba: su amistad. Ambas entendieron que podían apoyarse mutuamente, en lugar de competir.

"Lo siento por lo que pasó. No quise hacerte daño" - dijo Laura.

"Y yo lo siento también. Debería haber compartido mis sentimientos en vez de pelearme. A veces olvidamos que estamos del mismo lado" - admitió Norma.

Desde ese día, decidieron que no importaba qué pasara, siempre apoyarían los sueños de la otra. Se prometieron hablar sobre sus sentimientos antes de dejar que un malentendido las separara nuevamente.

Con el tiempo, Norma también se unió al club de teatro y juntos comenzaron a preparar una obra que se convertiría en un gran éxito. Aprendieron que la amistad es más fuerte cuando se cultiva con amor y comprensión, y que los sueños se pueden compartir, no competir.

Y así, Norma y Laura no solo volvieron a ser las mejores amigas, sino que también aprendieron valiosas lecciones sobre la empatía y el valor de la comunicación.

Y colorín Colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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