La reina científica
Había una vez, en un reino muy lejano, una reina muy especial. Era conocida como la "reina científica", ya que pasaba gran parte de su tiempo haciendo experimentos y descubriendo cosas nuevas.
Además de ser una gran científica, también era muy talentosa en otras áreas. Tocaba el piano con maestría y disfrutaba jugando al ajedrez con sus amigos más cercanos. Y para empezar bien el día, siempre desayunaba pan con manteca.
Un día, mientras estaba en su laboratorio haciendo un experimento nuevo, algo extraño sucedió. La mezcla que estaba preparando comenzó a burbujear y crecer cada vez más rápido. De repente, explotó y cubrió todo el laboratorio de espuma.
La reina científica se quedó sorprendida y un poco asustada por lo que había pasado. Pero no se rindió tan fácilmente y decidió seguir experimentando hasta encontrar la solución. "¡Vamos! ¡No te rindas ahora! ¡Eres una gran científica!"- se dijo a sí misma.
Así que siguió experimentando durante días y semanas enteras hasta que finalmente encontró la solución a su problema. Descubrió cómo controlar la mezcla para evitar que explotara nuevamente.
La noticia sobre su éxito pronto llegó a oídos del resto del reino, quienes estaban impresionados por las habilidades de la reina científica. Pronto comenzaron a pedirle consejos sobre cómo mejorar sus propios proyectos e incluso algunos niños comenzaron a admirarla como modelo a seguir.
La reina científica se dio cuenta entonces de lo importante que era compartir sus conocimientos con los demás y de cómo su trabajo podía inspirar a otros. Así que comenzó a enseñarles sobre ciencia, música y ajedrez.
Con el tiempo, la reina científica se convirtió en una figura muy querida y respetada en todo el reino. Y aunque seguía experimentando y descubriendo cosas nuevas, siempre encontraba tiempo para compartir sus habilidades e inspirar a los demás.
Y así fue como la reina científica demostró que no hay límites para lo que puedes lograr si te esfuerzas y trabajas duro.
FIN.