La reina consentida y su lección de humildad



En un lejano reino, la reina Mariana era conocida por ser consentida y tener una pésima actitud. Siempre esperaba que los demás hicieran todo por ella y no se preocupaba por el bienestar de su pueblo.

Un día, cansados de su comportamiento, los aldeanos se reunieron para encontrar una solución. Decidieron enviar a la reina en un viaje para que aprendiera una lección de humildad.

"¡Reina Mariana, has sido elegida para representar nuestro reino en el Festival de la Humildad en el país vecino!" anunció el líder del pueblo. Confundida pero emocionada por la idea de un festival en su honor, la reina aceptó sin dudarlo.

Al llegar al país vecino, se sorprendió al ver que el festival no era en su honor, sino que estaba destinado a enseñar humildad a aquellos que la necesitaban. La reina Mariana, acostumbrada a tener todo servido, tuvo que aprender a hacer las tareas cotidianas que nunca antes había realizado.

Poco a poco, con la ayuda de los aldeanos del país vecino, Mariana comenzó a comprender la importancia de la humildad y el trabajo en equipo.

A medida que pasaban los días, la reina se volvía más amable y considerada, ganándose el cariño de quienes la rodeaban. Al regresar a su reino, la reina Mariana había cambiado por completo. Ahora se preocupaba por el bienestar de su pueblo, escuchaba sus necesidades y trabajaba junto a ellos para mejorar su reino.

Todos celebraron la transformación de la reina y la lección de humildad que había aprendido. Desde entonces, el reino prosperó y todos vivieron en armonía y felicidad.

FIN.

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