La Reina y sus Amigos del Reino



Había una vez en un lejano reino, una Reina llamada Mala Linda Solitaria. Todos en el reino la conocían por su belleza deslumbrante, pero también por su actitud fría y distante hacia los demás.

La Reina pasaba sus días encerrada en su castillo, rodeada de lujos y riquezas, pero sin amigos ni seres queridos a su lado. Un día, mientras paseaba por los jardines del castillo, la Reina escuchó risas y voces a lo lejos.

Se acercó sigilosamente y vio a un grupo de niños jugando felices. Uno de ellos se tropezó y cayó al suelo, provocando las risas de los demás.

La Reina se acercó lentamente al niño caído y extendió su mano para ayudarlo a levantarse. "¿Estás bien, pequeño?", preguntó la Reina con voz amable. El niño se sorprendió al ver que la temida Reina Mala Linda Solitaria mostraba preocupación por él.

Poco a poco, los otros niños se acercaron y comenzaron a hablar con la Reina. Descubrieron que detrás de su mirada fría había una mujer solitaria que anhelaba compañía y amistad.

Los días pasaron y la Reina Mala Linda Solitaria empezó a pasar más tiempo con los niños del reino. Aprendió a reír, a jugar e incluso a compartir. Los niños le enseñaron el verdadero valor de la amistad y el amor incondicional.

Un día, un malvado dragón atacó el reino sembrando el caos y el miedo entre sus habitantes. La Reina no dudó ni un segundo en ponerse al frente para proteger a su gente.

Con valentía y astucia logró derrotar al dragón junto con la ayuda de los niños, quienes demostraron tener corazones valientes a pesar de su corta edad. Desde ese día, la Reina Mala Linda Solitaria fue recordada como una gobernante justa y bondadosa que siempre velaba por el bienestar de su pueblo.

Ya no estaba sola, pues había encontrado en los niños verdaderos amigos que llenaban su vida de alegría y amor.

Y colorín colorado este cuento ha terminado, recordándonos que nunca es tarde para abrir nuestro corazón a los demás y descubrir el verdadero valor de la amistad.

FIN.

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