La Resta Divertida

Había una vez en un lejano pueblo llamado Numerolandia, donde todos los habitantes eran números vivientes. En este lugar tan especial vivía el número 7, un niño muy curioso y aventurero.

Un día soleado, el número 7 decidió salir a pasear por las coloridas calles de Numerolandia. Mientras caminaba, se encontró con su amiga la número 5. "¡Hola 5! ¿Qué tal estás hoy?", saludó alegremente el número 7. "¡Hola 7! Estoy muy bien, gracias.

¿Quieres jugar juntos?", respondió la número 5 emocionada. "¡Claro que sí! ¿Qué juego propones?", preguntó el número 7 con entusiasmo.

La número 5 sacó de su bolsillo cuatro tarjetas con problemas de resta de dos cifras y propuso: "Vamos a resolver estos problemas matemáticos juntos. ¡Será muy divertido!". El primer problema decía: "82 - 37 = ?".

El número 7 y la número 5 se pusieron manos a la obra y rápidamente encontraron la respuesta correcta: —"45" . "¡Muy bien hecho! Ese fue fácil", exclamó la número 5 contenta. Luego pasaron al segundo problema: "56 - 29 = ?". El número 7 pensó por un momento y luego dijo: —"27" .

"¡Correcto otra vez! Eres muy bueno en restas", elogió la número 5 a su amigo. Después resolvieron el tercer problema: "73 - 48 = ?". Con un poco más de esfuerzo, el número 7 respondió: —"25" .

"¡Increíble! Estás arrasando con estas restas", felicitó la número 5 orgullosa. Finalmente llegaron al cuarto problema: "94 - 57 = ?". El número 7 se concentró mucho en este desafío y finalmente anunció: —"37" .

"¡Excelente trabajo, amigo! Eres todo un genio de las restas", expresó la numero 5 admirando a su compañero. El numero 7 sonrió satisfecho por haber resuelto los cuatro problemas junto a su amiga. Se despidieron contentos prometiendo jugar nuevamente pronto.

Desde ese día, el numero 7 supo que las matemáticas podían ser divertidas y emocionantes si se enfrentaban como un desafío entre amigos en Numerolandia. Y así termina esta historia llena de números mágicos que enseñan que trabajar juntos hace todo más fácil y divertido.