La Risa en el Jardín de Infantes



Era un hermoso día en el Jardín de Infantes 'Río de Risas' donde la maestra Silvina, conocida por su risa contagiosa, preparaba su aula para recibir a sus pequeños alumnos. La maestra Silvina siempre decía:

"¡En nuestra clase, la risa es tan importante como las letras!"

Los chicos llegaban uno por uno, y pronto el aula se llenaba de voces y risas. Después de un rato de actividades, la maestra Silvina decidió leerles un cuento muy especial, 'El Rey Ríe'. Se trataba de un rey que tenía un poder mágico: cada vez que reía, hacía florecer los jardines del reino.

"¡Espero que tengan muchas ganas de reír!" - exclamó Silvina con una sonrisa, mientras pasaba la página.

- "¡Sí! ¡Queremos ver las flores!" - gritaron los chicos entusiasmados.

Mientras leía, la magia del cuento parecía invadir el aula, y uno de los pequeños, Nicolás, comenzó a reírse a carcajadas al imaginar al rey con una enorme corona hecha de chicles. Entonces, la maestra Silvina tuvo una idea.

"¿Qué les parece si hacemos nuestra propia fiesta de la risa?"

Todos gritaron de alegría y comenzaron a planearlo. Algunos querían disfraces divertidos, otros pensaban en juegos locos que hicieran reír. La maestra dijo:

"Necesitamos una gran cantidad de risas para que nuestra fiesta sea un éxito. Pero, ¡necesitamos un problema que resolver para ganar esas risas!"

Así fue como se les ocurrió la idea de que el Rey Ríe estaba triste porque había perdido su risa. Decidieron enviarlo una carta llena de chistes para ayudarlo. Trabajaron en grupos, creando sus mejores chistes y dibujos coloridos.

Cuando un mazo de cartas estaba listo, la maestra Silvina les preguntó:

"¿Quién se anima a ir en busca del Rey Ríe?"

Todos levantaron la mano.

"¡Yo! Yo quiero!" - gritó Romina.

"¿Y cómo lo haremos?" - preguntó Lucas, un poco preocupado.

Entonces, Silvina propuso una idea mágica:

"Construyamos una gran caja mágica que viaje hasta el reino. Cada vez que alguien cuente un chiste dentro de la caja, esta se llenará de risas y podrá llegar al rey. ¡Así que a contar se ha dicho!"

Los niños se pusieron manos a la obra, llenando la caja con almohadas suaves y coloridas, dibujos, y, por supuesto, sus mejores chistes. La caja quedó hermosa y, al final, ¡no paraban de reír!

Finalmente, ilusionados, se sentaron alrededor de la caja y unieron sus voces:

"¡Querido Rey Ríe, aquí van nuestros chistes!"

Una lluvia de risas resonó. Justo en ese momento, un viento suave sopló y, en un parpadeo, su caja mágica empezó a levitar. ¡La aventura había comenzado!

De repente, un frío viento surgió y la caja se detuvo.

"¿Qué pasa?" - preguntó Romina.

"¡Parece que el Rey Ríe está realmente triste!" - dijo Nicolás, frunciendo el ceño.

Silvina pensó un momento y luego tuvo una idea mágica:

"Tal vez no solo necesita chistes, sino también saber que los niños son capaces de cambiar el mundo con su risa. Cantemos una canción que hable sobre la alegría y la unidad. ¡Eso siempre saca sonrisas!"

Los chicos, motivados, se pusieron a cantar una canción que había aprendido la maestra. Al terminar, un brillo surgió en la caja y, de repente, apareció el Rey Ríe, con su enorme corona de chicles.

"¡Gracias, pequeños! He estado triste porque pensaba que la risa se había olvidado, pero ustedes la han traído de vuelta. ¡Vamos a alegrar el reino juntos!"

Los chicos no podían creerlo.

"¿Podemos participar de la fiesta en su reino?" - preguntó Lucas.

"¡Claro que sí! Vengan, haremos el festival de la risa más grande del mundo, donde la risa será el mejor regalo!"

Así, la maestra Silvina y sus alumnos partieron hacia el reino del Rey Ríe, llevando consigo un inmenso caudal de risas y alegría. Allí, aprendieron que compartir su risa traía felicidad no solo a ellos, sino a todo el mundo.

Al final de la jornada, la maestra Silvina sonrió y dijo:

"Recuerden, queridos, la risa es un eterno regalo que podemos compartir y que siempre hará florecer la felicidad. ¡Y lo más lindo es que no hay límites para reír!"

Desde ese día, el Jardín de Infantes 'Río de Risas' se convirtió en el lugar más alegre de la ciudad, donde cada día se celebra la risa y la amistad.

FIN.

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