La risa que ilumina Villa Alegre
Había una vez en un hermoso pueblo llamado Villa Alegre, tres amigos muy especiales: Julen, Kattalin y Nahia.
Julen era un chico que siempre se creía el más guapo y cool del lugar, le encantaba posar de manera diva cuando se apoyaba en los sitios. Sus amigos, Nahia y Kattalin, solían reírse de él en secreto por su actitud tan engreída.
Un día soleado, mientras paseaban por el bosque cercano al pueblo, vieron a Julen haciendo una de sus poses divinas junto a un árbol. Nahia y Kattalin no pudieron contener la risa al verlo tan engreído y empezaron a reírse a carcajadas. - ¡Miren a Julen! ¡Siempre tan creído! -exclamó Kattalin entre risas.
- ¡Sí! ¡Parece un modelo de revista! -añadió Nahia riendo sin parar. Julen se sintió avergonzado al escuchar las risas de sus amigas, pero en ese momento algo mágico sucedió.
Por la fuerza de la risa sincera y compartida entre Nahia y Kattalin, ambas se convirtieron en poderosas criaturas místicas con el poder de echar gas estuches. Nahia se transformó en Nahiara, un hada del bosque con alas brillantes que lanzaba destellos de luz con cada risa.
Mientras que Kattalin se convirtió en Katana, una hechicera con una varita mágica capaz de crear burbujas divertidas con su risa contagiosa.
Julen quedó boquiabierto al ver la transformación de sus amigas y pronto comprendió que la verdadera belleza radica en la alegría genuina y no en las poses engreídas. Decidió unirse a Nahiara y Katana para explorar juntos los poderes mágicos que habían adquirido. Los tres amigos recorrieron Villa Alegre esparciendo risas contagiosas por todas partes.
Donde antes había tristeza o enfado, ahora reinaba la alegría gracias a los dones especiales de Nahiara, Katana y Julen. La gente del pueblo comenzó a sentirse más feliz y positiva gracias a la magia del buen humor.
Con el tiempo, Julen aprendió a reírse de sí mismo y dejó atrás su actitud engreída para abrazar su verdadera esencia llena de alegría genuina.
Los tres amigos descubrieron juntos que la verdadera belleza está en ser auténtico y compartir momentos felices con quienes nos rodean. Y así fue como Julen, Nahiara y Katana se convirtieron en leyendas vivientes de Villa Alegre, recordándonos siempre que la mejor magia está en sonreír sin miedo al qué dirán.
Y colorín colorado este cuento lleno de risas ha terminado.
FIN.