La Rosa Mágica de Victor
Había una vez, en un pequeño pueblo rodeado de árboles y ríos claros, un niño llamado Victor. A pesar de ser un buen chico, tenía una costumbre que no era tan buena: le encantaba molestar a su amiga Vicky.
"¡Mirá cómo salta, eres más lenta que una tortuga!" - le decía Victor, riendo.
Vicky, dulce y amigable, siempre intentaba ignorarlo, pero a veces le costaba. Ella sabía que Victor solo buscaba llamar su atención y que en el fondo era un buen amigo. Un día, mientras paseaban por el bosque, Victor vio una hermosa rosa roja que brillaba bajo el sol. Sin pensarlo dos veces, decidió robarla para regalársela a Vicky, con la esperanza de que ella lo perdonara por sus burlas. Sin embargo, no sabía que esa rosa era mágica.
Cuando Victor le entregó la rosa a Vicky, dijo "Mirá lo que encontré para vos. Espero que te guste, aunque creo que sería mejor si saltaras un poco más rápido para darme las gracias." -
Vicky lo miró con sorpresa y un toque de tristeza. "Gracias, Victor. Pero no creo que burlarte de mí sea la forma de mostrarme tu amistad. La rosa es hermosa, pero... ¿por qué no puedes ser un poco más amable?" -
Justo en ese momento, la rosa comenzó a brillar. De repente, ¡pam! Se transformó en un pequeño gato de pelaje suave y ojos brillantes.
"¡Wow! ¿Qué pasó? !" - exclamó Vicky, asombrada.
Victor, boquiabierto, observaba. El gato, con un suave maullido, miró a Vicky y luego a Victor.
"Hola, soy Rosa, el gato que nace de la rosa mágica. Puede que haya tomado un poco de tiempo, pero estoy aquí para ayudarles a entenderse mejor." - dijo el gato, con una voz suave.
Victor, aún aturdido por lo que veía, preguntó "¿Ayudarnos? ¿Cómo?" -
Rosa, que tenía una apariencia divertida y curiosa, dijo "Tendrás que aprender lo que significa ser un buen amigo. Juntos, emprenderemos una aventura en la que explorarás tus emociones y verás cómo tus acciones afectan a los demás." -
Victor sintió que algo dentro de él comenzaba a cambiar. "Está bien, Rosa. Estoy dispuesto a aprender, pero... ¿cómo empezamos?" -
"Primero, acompáñenme a la cima de esa colina. Ahí verán algo que les ayudará a entender el valor de la amistad" - dijo Rosa.
Todo emocionado, Victor y Vicky siguieron al gato. Al llegar a la cima, los tres se sentaron a observar el pueblo desde las alturas.
"Miren cuántas casas hay, cuántas familias y amigos. Cada uno tiene historias y sentimientos. Cuando tú, Victor, decides molestar a Vicky, esa alegría y amistad se ve afectada" - explicó Rosa.
Vicky, sintiendo una conexión con las palabras de Rosa, añadió "Es cierto. Yo siempre te perdono, pero cada broma que haces me hiere un poquito más. No quiero que eso afecte nuestra amistad." -
Victor, sintiendo un nudo en su estómago, dijo "Lo siento, Vicky. No quise ser hiriente. Solo quería divertirme, pero entiendo ahora que mi diversión puede hacerte sentir mal. Te prometo que no volveré a hacerte eso. Quiero ser un buen amigo.” -
Rosa sonrió, "Ahora que han hablado desde el corazón, han dado un gran paso. La magia de la rosa no solo es externa, sino que florece en las relaciones sinceras y respetuosas. Recuerden siempre hablar y escuchar." -
Desde ese día, Victor y Vicky se volvieron inseparables. Victor aprendió a ser más amable y respetuoso, y Vicky dejó de preocuparse por las bromas. Juntos, disfrutaron de muchas aventuras y, aunque Rosa la gata regresó a su forma de rosa en momentos de reflexión, siempre estaba presente en el corazón de ambos.
Y así, la rosa mágica les enseñó que la verdadera amistad no solo se trata de risas, sino también de amor, respeto y comprensión. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.